Parkings de bajo coste en los aeropuertos

Se puede pagar menos de la mitad que en los aparcamientos situados en el propio aeródromo
Por Elena V. Izquierdo 26 de septiembre de 2011
Img parking coches
Imagen: Jeff Wilcox

“He pagado por el parking el doble que por el vuelo”. Esta es una queja que se oye cada vez con más frecuencia entre los usuarios de las aerolíneas, sobre todo si viajan con las de bajo coste. Mientras que los precios de los trayectos aéreos son cada vez más baratos, los de los servicios complementarios -cafetería, aparcamiento, protectores para las maletas, embarque de equipaje- se mantienen o suben. Por eso no es extraño encontrar vuelos por menos de 10 euros y pagar casi 40 por dejar el vehículo privado en el garaje del aeropuerto durante un fin de semana. Para facilitar el aparcamiento sin encarecer el viaje demasiado, han surgido las empresas de parking low cost, que dan servicio a los propietarios de los turismos a un coste asequible.

Al lado del aeropuerto

Hacer un viaje de placer siempre es ilusionante, pero en el momento de planear los traslados al aeropuerto, en ocasiones, la cosa cambia. El transporte público no siempre se adapta a los horarios de quienes van a coger el avión o a regresar de las vacaciones: las distancias que hay que recorrer son largas y viajar con equipaje es incómodo. Por este motivo, la siguiente opción es llamar a un taxi, algo que puede resultar bastante caro, sobre todo si hay atascos a la entrada o a la salida y según el suplemento que cobren por llevar o recoger a los clientes en el aeródromo. Hay incluso quien vive en otra localidad y hace noche en un hotel cercano para poder volar a primera hora de la mañana. Así es que muchas veces se impone el vehículo privado como la alternativa más cómoda y flexible. Pero esto también tiene sus inconvenientes y el principal es el elevado precio de aparcar en las zonas establecidas para este fin dentro del aeropuerto.

Los parking low cost cuentan con vehículos para dejar a sus clientes en la puerta de la terminal

La desventaja que tiene utilizar el coche se soluciona en parte gracias a los parkings de bajo coste. Son explanadas o naves situadas a escasa distancia de los aeropuertos donde el usuario puede dejar su vehículo. Se ubican en un radio de 0,5 a 7 kilómetros de las terminales, aunque en cada caso el recorrido es diferente. Con los aparcamientos muy alejados del aeropuerto hay que tener ciertas precauciones, ya que es habitual que las carreteras de acceso sean muy transitadas y los atascos, continuos.

Al no encontrarse en el mismo aeródromo, los terrenos que han adquirido para sus instalaciones son mucho más baratos, algo que les permite dar a sus clientes un servicio de calidad a un precio bastante más reducido que el de los garajes que se sitúan en el aeropuerto. Es un sistema similar al de los outlet: sitúan sus centros comerciales en lugares más alejados y compran el suelo a menor coste; esto les permite ofrecer productos más baratos a las personas que acuden hasta allí.

Llevan y recogen a los clientes

Este tipo de parking suple el inconveniente que podría suponer la distancia al aeropuerto, al llevar a sus clientes hasta la terminal. Lo hacen mediante coches, furgonetas o minibuses. Los usuarios dejan su turismo en las instalaciones y el personal de la empresa acerca hasta el aeropuerto a todos sus ocupantes. Por lo general, utilizan un servicio personalizado para cada cliente o grupo que se traslada en el vehículo que se ha quedado en el parking. Cuentan con furgonetas de hasta ocho plazas en las que se montan los clientes. El traslado al aeródromo se hace en pocos minutos y dejan a los viajeros en la misma terminal de la que van a salir.

En otras empresas, el servicio no es tan individualizado y solo tienen una flota de minibuses que realiza el trayecto con bastante frecuencia, pero no con carácter exclusivo para los viajeros que ocupan un coche. Este sistema no es tan ventajoso porque obliga a realizar varias paradas a lo largo del itinerario para recoger o dejar a otras personas, algo que supone una pequeña pérdida de tiempo para quienes van a coger un avión.

En todo caso, antes de reservar o aparcar el turismo, si los viajeros van acompañados por personas mayores o con movilidad reducida, conviene preguntar en la empresa si cuentan con vehículos adaptados para trasladar a estos clientes.

Cuesta menos tener el coche una semana en el aparcamiento barato que dos días en el del aeropuerto

Del mismo modo que los vehículos contratados por los aparcamientos de bajo coste llevan a los viajeros, también van a recogerlos al aeropuerto cuando terminan su viaje. Al dejar el coche en el garaje, los usuarios reciben un número de teléfono para que avisen a la empresa cuando aterricen, una vez que hayan ido a por las maletas. En la puerta de llegadas de la terminal donde se quedaron los clientes les espera la furgoneta para trasladarles hasta su coche.

En el caso de que la compañía no tenga vehículos particulares, sino autobuses que hacen una ruta, será necesario esperar a que otros pasajeros recojan sus equipajes. Los operarios están alerta, hacen un seguimiento del vuelo de sus clientes y saben si llega puntual o se retrasa. Pero lo fundamental es telefonearles. Estarán allí en cuanto reciban la llamada.

Abiertos 24 horas

La mayoría de los aparcamientos low cost están abiertos durante las 24 horas del día y sus trabajadores esperan la llegada de los clientes, de modo que es posible ponerse en contacto con ellos en cualquier momento, aunque sea de madrugada, tanto para la recogida de los pasajeros como para la entrega de los vehículos.

Esto es sin duda una gran ventaja, ya que muchas veces los aviones se retrasan y el viajero está pendiente de llegar a una hora determinada porque de lo contrario el parking de la ciudad estará cerrado y se verá obligado a coger otro medio de transporte. Por lo general, metro y autobús no funcionan a determinadas horas, por lo que se impone la necesidad de coger un coche. Poder dejar el vehículo en el aparcamiento a cualquier hora del día y luego ser trasladado al aeropuerto permite viajar a horas que, en otros supuestos, sería más complicado.

Reserva

Cualquier persona que quiera utilizar el aparcamiento puede hacerlo sin ponerse antes en contacto con la empresa que lo gestiona, pero las compañías recomiendan realizar una reserva siempre que sea posible. Aunque tienen muchas plazas, en determinadas fechas es probable que la ocupación del parking sea superior a la habitual y el usuario se quede fuera. Durante el verano, la Semana Santa, la Navidad, los puentes y determinados fines de semana, esto puede ocurrir y el conductor se verá obligado a dejar su coche en otro lugar, con la pérdida de tiempo y la necesidad de una nueva planificación que esto supone. Además, contar con un sitio donde dejar el coche de antemano da mucha tranquilidad y seguridad antes de coger un vuelo.

La reserva se puede hacer a través de Internet o mediante un fax o una llamada telefónica. Algunas empresas dan la opción a sus clientes de reservar una plaza en el aparcamiento y, si sus circunstancias personales varían o el horario de su vuelo cambia, no les cobran nada por modificarla o cancelarla.

El cliente decide cuántos días necesita tener el coche en el aparcamiento. Las empresas no ponen un límite ni obligan a sus clientes a permanecer en el garaje un mínimo de días. No obstante, es mejor comprobarlo con antelación porque en determinados aparcamientos cobran una tarifa mínima correspondiente a dos días, algo que quizás no compense a quienes regresen en la misma jornada, como sucede con el puente aéreo.

Tarifas

La mayoría de los aeropuertos españoles ya cuenta con un parking low cost en sus inmediaciones. En general, cobran en torno a la mitad de la tarifa que aplican los aparcamientos ubicados en el propio aeropuerto. Por cada día que un vehículo permanece en los garajes de las terminales de AENA paga 18,30 euros durante las cuatro primeras jornadas y 14,65 a partir de la quinta.

En el aeropuerto de Alicante, el precio del aparcamiento low cost es de 9 euros por un día, 14 euros por un fin de semana completo, 28 si el propietario quiere tenerlo estacionado durante una semana y 70 euros por un mes. El precio de una semana en el de bajo coste sería inferior al de dos días en los ubicados en el propio aeródromo.

Prestan otros servicios gratuitos como el lavado exterior del automóvil

En uno de los parking baratos cercanos a Barajas, en Madrid, cobran 15 euros por dos días -el tiempo mínimo de estancia-, 22,50 por tres y 30 euros si el vehículo pasa cuatro días en el aparcamiento.

Y en el que se ubica próximo a El Prat, en Barcelona, la tarifa es de 10 euros diarios durante los primeros siete días y de 5,45 a partir del octavo.

Es necesario consultar el precio para vehículos que no sean turismos -caravanas, furgonetas-, ya que pueden tener un suplemento sobre la tarifa básica.

Aunque es posible que alguna empresa pida una parte del pago por adelantado, por lo general el abono no se hace hasta que el cliente recoge su vehículo. Estos aparcamientos aceptan tanto dinero en metálico como tarjetas de crédito.

El precio que el cliente paga por dejar el vehículo en el aparcamiento de bajo coste no solo incluye la permanencia del coche durante los días fijados. Muchas empresas ofrecen además otros servicios complementarios, la mayoría de ellos de carácter gratuito. El lavado básico exterior del coche está incluido en el precio y también un chequeo de la batería y los neumáticos.

Si el cliente quiere una limpieza más profunda del vehículo también puede encargarlo, aunque en este caso tendrá que pagar por él en torno a 9 euros por la limpieza manual exterior e interior y 16 por un lavado completo.

Seguridad de los vehículos

Hay quien utiliza su coche personal y, para ahorrarse el dinero que cuesta el parking, lo deja en una zona cercana al aeropuerto, junto a una boca de metro o al lado de una parada de transporte público. Es una opción muy económica pero, según la ciudad en la que se quede el coche, si va a permanecer mucho tiempo aparcado puede ser inseguro.

Los parkings baratos están vallados, muchas veces en naves o en lugares cerrados y vigilados de modo continuo tanto por agentes de seguridad contratados por la empresa como por un sistema de cámaras que graba las 24 horas del día.

Al igual que sucede en otros aparcamientos, no conviene dejar nada dentro del vehículo porque las empresas no se hacen cargo de los objetos que queden en el interior. Además, los usuarios de este servicio cuentan con un seguro que cubre los daños que pudiera sufrir el vehículo en las instalaciones.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube