Las cajas de ahorros piden rescatar con ayudas públicas a las familias que pueden perder su vivienda

Urgen a reforzar el capital de entidades solventes que, al aumentar la morosidad, corren riesgo de dejar de serlo
Por EROSKI Consumer 18 de marzo de 2009

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, planteó ayer que el Estado y las entidades financieras contribuyan a aliviar la carga financiera que pesa sobre las familias hipotecadas que pueden perder su vivienda. Para que el crédito fluya a los hogares y las empresas, propuso potenciar fórmulas de riesgo compartido como las líneas de financiación del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y urgió reforzar el capital de entidades solventes que, al aumentar la morosidad, corren grave riesgo de dejar de serlo.

Quintás compareció en el Parlamento, al igual que otros dirigentes del sector, para exponer su opinión sobre los planes de apoyo a bancos y cajas y justificar, en su caso, las razones por las que se ha cerrado el grifo de los préstamos. El presidente de la CECA dibujo un panorama sombrío de la economía española y auguró un proceso de ajuste largo y doloroso.

Las cajas sufren más el riesgo hipotecario por su condición de líderes en los préstamos para la compra de viviendas

Dijo que por el desplome de la construcción están más afectados los bancos, el riesgo promotor afecta por igual a bancos y cajas, mientras estas últimas sufren más el riesgo hipotecario por su condición de líderes en los préstamos para la compra de viviendas, y por haberlos concedido en mayor medida a los inmigrantes, el sector más desfavorecido de la población.

La fórmula Obama

El dirigente de las cajas insistió en la recomendación de un rescate hipotecario similar al planteado por el presidente de Estados Unidos Barack Obama. «La moratoria acordada por el Gobierno no basta: hay que adoptar medidas que rebajen la carga de la deuda de las familias que no pueden asumirla», defendió, sin cuantificar las aportaciones que debieran realizar, respectivamente, el sector financiero y el Estado.

Quintás recomienda un rescate hipotecario similar al planteado por el presidente de Estados Unidos Barack Obama

Abogó además por el rescate de entidades de solvencia baja, y en ningún caso de proyectos inviables. Estas instituciones se encuentran en riesgo de entrar en zona de intervención en la medida en que está aumentando su morosidad, reconoció Quintás. Para ellas, sugirió que se les pueda ayudar de forma temporal con recursos públicos. Y sugirió una fórmula utilizada en los países nórdicos: que el Estado avale la emisión de acciones preferentes, con las que bancos y cajas reforzarían su capital, sin incurrir en la participación pública.

Activos tóxicos

Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, insistió ayer que los continuos problemas en los mercados financieros constituyen «el obstáculo más urgente que hay que eliminar» para que pueda iniciarse la recuperación económica. Por ello, pidió a los gobiernos que ayuden a los bancos a deshacerse de los activos tóxicos, bien creando «bancos malos», asegurando este tipo de activos o nacionalizando la entidad.

Según Almunia, estos activos «están socavando la confianza entre los actores financieros». A su juicio, están impidiendo que el crédito llegue a familias y empresas, lo que «crea un grave riesgo para la recuperación económica».

Y el Euribor sigue bajando

El Euribor, principal índice de referencia de los préstamos hipotecarios en España, registró el martes su tercer mínimo histórico consecutivo al colocarse en su cotización diaria en el 1,909%, mientras que el lunes estaba en el 1,919%.

La media mensual del indicador se sitúa en estos momentos en el 1,955%, lo que supone una gran distancia con respecto al 4,59% que marcaba en el mismo mes de 2008. De este modo, las hipotecas que se revisen en las próximas semanas se abaratarán notablemente.

Una hipoteca tipo de 150.000 euros contratada hace un año al 4,59%, con un plazo de amortización de 25 años y un diferencial del 0,50, experimentaría una rebaja de más de 200 euros mensuales o casi 2.500 al año.

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