5 formas de rebajar la cuota de tu hipoteca

Si los pagos mensuales del préstamo para la compra de la casa ahogan las finanzas personales, es posible conseguir cierta liquidez reduciendo la cuota
Por Rodrigo Blanch, Helpmycash 4 de abril de 2017
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Imagen: Skitterphoto

¿Cómo pagar menos por la hipoteca cada mes? Las finanzas personales evolucionan con el tiempo, alternando momentos de bonanza con temporadas en las que toca apretarse el cinturón. Pero, ¿es posible reducir los costes de la hipoteca? Estas que se proponene a continuación son cinco maneras de rebajar la mensualidad del crédito para pagar la vivienda: alargar el plazo, solicitar una carencia de la hipoteca, cambiar el préstamo de banco, renegociar las condiciones y aumentar la vinculación con la entidad.

No existe ninguna vía gratuita para rebajar los pagos. Todas las posibilidades para disminuir la cuota de la hipoteca conllevan cierto coste, a través de comisiones o bien porque se traducen en un encarecimiento del importe total de la hipoteca. Sea cual sea el camino que se escoja, hay que ser precavido y conocer las implicaciones de la decisión.

1. Alargar el plazo de la hipoteca

Una de las maneras más sencillas de rebajar la cuota mensual es alargar el plazo. Al aumentar el tiempo sobre el que se devuelve cierta cantidad de dinero, se reduce el importe que hay que reembolsar cada mes. Alargar el plazo de la hipoteca puede tener una comisión máxima regulada por el Banco de España de hasta un 0,1% sobre el capital restante de la hipoteca, por lo que resultará más económico cuanto más hacia el final del plazo se pida.

2. Solicitar una carencia de hipoteca

Cuando la persona se encuentre con serios problemas de liquidez y piense que podrá hacer frente a la hipoteca, la carencia hipotecaria es el mecanismo que le permitirá retrasar toda o parte de la mensualidad.

Esta técnica es bastante habitual, tanto que incluso algunos préstamos hipotecarios lo incluyen por defecto. Es posible hallar incluso hipotecas que comienzan directamente con un periodo de carencia, permitiendo cierta liquidez al cliente en un momento de fuerte gasto como es la entrada de una vivienda.

Hay dos tipos de carencia: la carencia total, en la que no se paga nada, y la carencia parcial, en la que solo se abonan los intereses del préstamo y no el capital. Puesto que los intereses de las hipotecas se calculan en función del capital pendiente y del plazo, el préstamo se encarecerá especialmente cuanto antes se pida la carencia.

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3. Cambiar la hipoteca a otro banco: subrogación

A pesar de haber sido clientes de toda la vida de una entidad, tener los ahorros ingresados y la nómina y los recibos domiciliados, es posible que otro banco trate mejor al hipotecado. Si no está contento con el trato recibido, es interesante saber que nada impide llevarse el préstamo por la casa a otro banco que haga una mejor oferta.

Al cambiar la hipoteca de banco se puede conseguir un mejor tipo de interés o modificar el índice de referencia, si se tuviera IRPH en la hipoteca, o reducir el número de productos vinculados. Aun así, es una práctica que requiere una inversión de cerca de 1.500 euros por cada 100.000 de capital restante, por lo que conviene realizar un pequeño cálculo para saber si sale a cuenta.

La subrogación de hipoteca tiene una comisión máxima limitada a un 0,5% durante los cinco primeros años del préstamo y 0,25% después, aunque también es necesario abonar notaría, gestoría, registro y tasación (si no se dispone de una tasación homologada en vigor).

4. Renegociar las condiciones: novación

Otra manera de reducir la cuota mensual de hipoteca es llevando a cabo una novación de hipoteca (negociación con el banco de las condiciones del préstamo). Con el paso del tiempo, es posible que el mercado del préstamo para la compra de vivienda haya evolucionado, dando lugar a mejores ofertas que la propia. En el caso de buenos clientes y la hipoteca bastante desactualizada, no debería ser difícil negociar con la entidad para disminuir el interés.

Una de las ventajas de renegociar los términos del contrato con el banco es que resulta bastante más rápido y algo más económico que la subrogación de hipoteca (siempre que no se amplíe capital), aunque también implica una inversión considerable. Es importante, de nuevo, estimar si se puede amortizar el coste de la novación hipotecaria en poco tiempo.

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Imagen: AlexanderStein

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5. Aumentar la vinculación con la entidad

Los bancos proponen a sus clientes una serie de productos vinculados a la hipoteca que permiten reducir el interés, siempre que se abonen las cuotas correspondientes de esta vinculación. Puede parecer un sinsentido aumentar los pagos al banco cuando lo que se pretende es pagar menos, pero hay que pensar en la vinculación con coste desde el punto de vista de un servicio que se pueda necesitar.

Si en la fecha de la firma de la hipoteca apenas se tenían 30 años y el concepto de abrir un plan de pensiones parecía algo lejano, pero años más tarde se plantea abrir uno, se debe saber que este es uno de los productos por los que se podría conseguir una bonificación sobre el interés de la hipoteca. Esto encarece el crédito, pero si se tiene una necesidad que el banco puede cubrir, se puede intentar aprovechar para negociar una rebaja del precio, a cambio de la contratación de dichos servicios.

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