Agua del grifo gratis en los restaurantes, ¿por ley?

En establecimientos públicos de Baleares, Navarra y Andalucía, como hoteles, restaurantes y bares, será obligatorio ofrecer el servicio gratuito de agua potable no envasada
Por Sara Rivas 8 de septiembre de 2018
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Imagen: faumor

El agua del grifo en nuestro país es potable, de calidad y segura. Por tanto, pedirla en un bar o restaurante para calmar la sed, además de ser un gesto ecológico, debería ser habitual. Sin embargo, algunos establecimientos hosteleros no ofrecen agua del grifo. Pero, ¿y si hubiera una ley que obligara a hacerlo siempre y de manera gratuita? En este artículo abordamos por qué brindar o no esta posibilidad a los clientes, los lugares donde ya dan esta opción y las repercursiones que tendría esta medida para el sector del agua embotellada.

 

En la base de cualquier pirámide de alimentación saludable se coloca el agua como fuente de hidratación. Nuestro cuerpo necesita la ingesta de este líquido para realizar funciones físicas y cognitivas e, incluso, para regular la temperatura corporal. Además, existen evidencias científicas que indican que un aumento en la ingesta de agua conduce a un mejor estado de hidratación celular y a una reducción de peso corporal, favoreciendo la reducción de la creciente obesidad de la población. Por tanto, ¿quién puede negarse ante la petición de un vaso de agua?

Agua gratis en establecimientos hosteleros: una opción de empresa

El agua de Madrid es la mejor de España. ¿O lo es la de Burgos? ¿O la de las Palmas? Algunos opinan que es la de San Sebastián y otros la de Vigo. Son diferentes puntos de vista, pero lo que importa es que en la península, e incluso en las islas, gozamos de buena calidad de agua con el simple gesto de abrir el grifo. Entonces, ¿por qué muchos establecimientos hosteleros se niegan a ofrecerla?

«Servir agua, aunque sea del grifo, implica costes. Los del local, los de la persona que lo sirve, los de suministro…», afirma un hostelero del centro de Madrid. El agua, junto al café, es de las bebidas con mayor rentabilidad para bares y restaurantes. Un botellín puede costarles 13 céntimos, incluso muchas veces les resulta gratis, ya que el proveedor los ofrece a coste cero, pero cuando llega la cuenta al consumidor nunca vale menos de un euro.

Aún así, cada vez hay más establecimientos que renuncian a estos beneficios y deciden asumir los costes por voluntad propia, ya que consideran que el gesto altruista de ofertar agua en jarras y vasos les permite ganar más de lo que pierden. Pero este acto podría dejar de ser voluntario muy pronto.

Agua del grifo en restaurantes por ley

Tres gobiernos autonómicos (Baleares, Navarra y Andalucía) han promovido leyes que incluyen la obligación de que los establecimientos públicos, como hoteles, restaurantes y bares, ofrezcan el servicio gratuito de agua potable no envasada. Siguen la estela de Castilla y León, París, Melbourne, Kioto, Nueva York, Praga, Miami o Quebec. Eslovenia, incluso, introdujo este derecho en su Constitución el pasado año. Allí los clientes no necesitan excusas del tipo «es que solo quiero un traguito», «es para tomar una pastilla» o «es para el niño». El agua se brinda de primeras del grifo sin necesidad de ninguna justificación.

Incluso en algunos estados desérticos de Estados Unidos como Arizona cualquier persona que tenga sed puede entrar en un establecimiento y pedir agua gratis por ley. Tampoco es extraño encontrar la profesión de aguadores, cuya única función es que a los comensales no les falte en ningún momento agua en sus vasos.

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Imagen: artjazz

Agua embotellada, un negocio y consumo en alza

Las voces críticas a esta cuestión son múltiples. A las de muchos hosteleros se suman los de la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasada (ANEABE). Sus datos evidencian la pujanza de un sector que vive de la bebida sin alcohol más consumida por los españoles. 1.000 millones de euros de facturación dan trabajo a 4.500 directivos y permiten 25.000 empleos directos e inducidos. «¿Qué ocurrirá con estos puestos si se establece esta obligación?», apuntan desde la asociación.

España es el cuarto productor de agua embotellada y el quinto por consumo. Según el Panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), esta bebida es uno de los únicos productos que aumentó el pasado año de forma considerable en la cesta de la compra. Cada español tomó de media 63,4 litros de agua embotellada al año, lo que equivale a que, en total, las familias gastaran en un año (desde octubre de 2016 hasta noviembre de 2017) 581,53 millones de euros en su adquisición, un 4,7 % más que en el año anterior.

Fuera del coste que supone para los clientes, el componente medio ambiental también importa. En un momento en el que nos obligan a pagar las bolsas de plástico ¿qué sentido tiene que bebamos agua embotellada con el impacto ambiental que los envases plásticos conllevan?, argumentan los consumidores. Transporte a larga distancia, con las consiguientes emisiones de CO2, o el bajo nivel de reciclado debido a los altos de niveles de abandono de las botellas son algunos de los impactos.

Desde Greenpeace apoyan este razonamiento al asegurar que de los 50 millones de envases de bebidas que todos los días se ponen a la venta en el mercado español, 10 millones corresponden al agua.

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