Cómo combatir el consumo de alcohol por atracón, o binge drinking, en los jóvenes

Eliminar de los establecimientos publicidad relacionada con el alcohol, como barra libre, 'happy hour' o 2x1, puede ayudar, pero para los expertos la prevención es la medida más importante
Por Carla Merino 23 de abril de 2021
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Imagen: -flowerinmyhair

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en nuestro país, según la ‘Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España’ (EDADES), 1995-2019/2020 realizada por el Ministerio de Sanidad. Además, la última ‘Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España’ (ESTUDES), que data de 2018, indica que la edad de inicio de consumo se sitúa en 14 años y que el 76 % de jóvenes de 14 a 18 años lo habían tomado en el último año. Y publicidad relacionada con el alcohol, como la barra libre, ‘free bar‘, ‘happy hour‘, 2×1, 3×1 u otras análogas que ofrecen algunos establecimientos, no hace más que contribuir a una ingesta abusiva en muy poco tiempo. ¿Cómo poner coto a este binge drinking o consumo de alcohol por atracón entre jóvenes y adolescentes? Te lo contamos a continuación.

Cómo reducir el consumo de alcohol por atracón en adolescentes

Una idea propuesta en el Congreso de los Diputados para combatir el consumo por atracón es limitar la publicidad, promoción y venta de bebidas alcohólicas, especialmente las referidas a las ofertas que induzcan a la ingesta abusiva, tales como barra libre, ‘free bar‘, ‘happy hour‘, 2×1, 3×1 u otras análogas. Beatriz Gil, psicóloga clínica especializada en adicciones del centro psicológico CEPSIM, piensa que puede ser una buena decisión, ya que afirma que este tipo de promociones lleva a la población adolescente a un consumo excesivo por razones económicas. No obstante, considera que la medida más importante que puede tomarse es la prevención. “En los coles se debería estar ejerciendo prevención contra las drogas desde los 10 años”, comenta tajante.

Y es que, en su opinión, el consumo excesivo de alcohol en España es un problema de salud pública, sobre todo en población joven. Y aunque entre los adultos también, hay que poner el foco en la protección del menor, la población más vulnerable. “Yo tengo muchos adolescentes que vienen a terapia obligados, por consumo de alcohol u otras drogas, pero claro, son menores, a los adultos no los puedes obligar”, reconoce. Por eso considera que se deberían implementar muchas medidas alrededor del problema, no solo para controlar el consumo, sino para proteger a la población de que el ocio sea ese: beber alcohol. “En la sociedad española, el consumo de alcohol es prácticamente un estilo de vida. Se necesitan más medidas a nivel sociocultural que trabajen el problema y que lo prevengan a tiempo”, señala.

Y es a estas edades cuando hay que empezar a actuar. “La prevención no solo se trata de hablar sobre la droga en sí, sino de educar sobre gestión emocional, habilidades sociales, cómo se utilizan las drogas para socializar y hacer actividades extraescolares en torno a estos temas”, apunta. “Es muy importante educar en habilidades transversales; enseñar a los niños, preadolescentes y adolescentes como gestionar el ocio y las emociones. Eso es mucho más efectivo. Porque la adicción al alcohol no depende solamente de la frecuencia o de la cantidad de consumo, depende de cómo se utiliza el consumo; por ejemplo, un adolescente que tiene muy pocas habilidades sociales o que no tiene amigos, cuando bebe alcohol, se desinhibe, se vuelve más hablador. Igual solo bebe un día a la semana, pero el día que bebe, esa sustancia es muy reforzante para él; y eso también es una tipología de adicción”, explica la psicóloga.

Riesgos del binge drinking en tu cuerpo

El binge drinking, aunque se caracteriza por consumirse pocos días en la semana (pero en gran cantidad), tiene los mismos efectos fisiológicos que los que puede tener un alcohólico que bebe todos los días. “Alguien que hizo binge drinking durante toda su juventud puede igualmente desarrollar cirrosis o cáncer de hígado”, manifiesta Gil.

Además, al ser una droga depresora, el alcohol hipoactiva el cerebro, “es decir, funciona como a la baja. Esto hace que la función ejecutiva se vea dañada, por lo que cualidades como el autocontrol, pensar a largo plazo, planificar, etc. desaparecen y, en su lugar, la persona se vuelve impulsiva”, explica.

“El consumo excesivo de alcohol también se relaciona con los trastornos de la personalidad, además de ansiedad, depresión y trastorno bipolar”, afirma Gil. Cuando se tiene una dependencia fuerte al alcohol, al tratar de dejarlo se sufre de síndrome de abstinencia al igual que con otras drogas. “Pero a diferencia de estas, el alcohol es la única droga con la que te puedes morir durante el síndrome de abstinencia, ya que esta te puede provocar un delirium tremens, lo que puede derivar en una parada cardiorrespiratoria”, aclara. El consumo excesivo de alcohol, a largo plazo, también puede provocar demencia, o lo que se conoce como el Síndrome de Korsakoff, que resulta del daño permanente a zonas del cerebro involucradas con la memoria.

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