Científicos del Instituto de la Grasa crean semillas de girasol especiales con modificaciones en su aceite

Se prevé elaborar con ellas margarinas vegetales sin colesterol, que saldrán al mercado en unos tres años
Por EROSKI Consumer 18 de marzo de 2004

Las margarinas vegetales nacieron con el objetivo de combatir los factores negativos que las grasas animales tienen para la salud. Estas últimas sustancias aumentan el colesterol malo (LDL); sin embargo, los aceites vegetales producen el mismo efecto y, además, reducen la cantidad del bueno (HDL).

Esto se produce al someter a los aceites vegetales a la hidrogenación, ya que, al ser líquidos a temperatura ambiente y no muy estables, deben ser manipulados químicamente, con el fin de obtener la plasticidad (en el caso de las margarinas denominadas vegetales) y la estabilidad necesarias (en los aceites de fritura y otros alimentos preparados).

Para solucionar este problema, expertos del Instituto de la Grasa, centro ubicado en Sevilla que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han creado semillas de girasol especiales con modificaciones en su aceite, que evitan el tratamiento químico.

Proceso de mutagénesis

Uno de sus miembros, Rafael Garcés, que ayer participó en el ciclo de divulgación «Vive la ciencia», organizado por la Fundación BBVA y el CSIC, con la conferencia «El futuro de los aceites vegetales», explica que estas semillas se han creado mediante mutagénesis, un proceso donde se acelera su evolución de forma natural y se produce variabilidad genética. A partir de ahí, por medio de una metodología de análisis muy avanzada y rápida detectaron semillas de girasol especiales con modificación de su aceite.

Esta novedad alimentaria puede usarse directamente en la creación de margarinas, sin sufrir ningún tratamiento químico ni modificación genética.

Aunque ya se pueden emplear dichas semillas, subiría hasta un 30% el precio de la margarina y de los productos que actualmente utilizan grasas animales y vegetales, algo que los consumidores no admitirían. Por esta razón, se prevé que estos productos salgan al mercado dentro de tres o cuatro años, una vez que se abaraten.

Obesidad infantil

Las grasas animales y vegetales que se emplean están presentes en multitud de alimentos, como las mantequillas y margarinas, que se consumen tanto de forma directa como para guisar; el pan de molde; o la bollería y la pastelería industrial.

Estos productos elaborados con el aceite de girasol modificado reducirían los problemas cardiovasculares y la obesidad, sobre todo la infantil, ya que es el segmento de población que consume mayor cantidad de estos alimentos, muy frecuentes en los recreos y en las meriendas.

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