Los niños que van al comedor escolar consumen más pescado, verdura y lácteos

Advierten de que los buenos hábitos alimenticios en los hogares "se han relajado"
Por EROSKI Consumer 22 de abril de 2009

El consumo de pescado, verdura y lácteos es más alto entre los niños que van a comedores escolares que entre los que comen en casa, indicó el presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), Antonio Villarino, en el marco de las XIII Jornadas Nacionales de Nutrición Práctica, organizadas por Dietecom España, que se están celebrando en Madrid. Ello se debe a que en los hogares los buenos hábitos alimenticios «se han relajado y aumentan los alimentos menos saludables», advirtió.

Actualmente se han invertido los roles y en los comedores de los centros escolares se ha pasado de ofrecer menús basados en pasta y carnes a otros «más saludables y variados» con los que se ayuda a los niños a mantener una dieta equilibrada, aseguró Villarino. Por el contrario, en los hogares la incorporación de la mujer al trabajo ha influido negativamente en la dieta de los niños ya que «los padres llegan a casa cansados y sin tiempo ni ganas de cocinar comidas más elaboradas y con más aportes nutricionales», por lo que «se acaban cebando con alimentos poco saludables», aseguró.

A excepción de los fines de semana, «cuando hay más tiempo para cocinar», durante la semana los niños «no continúan en casa los buenos hábitos que pueden iniciar en el colegio» y aumenta el consumo de comidas preparadas. Por todo ello, y para alejar a los niños de estos «ritmos alimentarios indeseables» que ven en los mayores, Villarino abogó por utilizar los comedores escolares como recurso para potenciar una alimentación saludable y combatir la «cada vez más creciente obesidad infantil«.

Menús

Los menús ofrecidos por los centros deben ser variados y con cantidades ajustadas a cada edad, distribuyendo la comida en un primer plato con componentes hidrocarbonados, un segundo más proteico y un postre que incluya fruta, detalló el presidente de la SEDCA. Además, los dulces y helados deben ser «algo excepcional» e incluirse sólo en casos de alguna celebración.

Villarino destacó además el comedor como el entorno más adecuado para enseñar a los niños desde pequeños otras conductas alimenticias, como mantener horarios fijos, evitar comer deprisa como muestra de ansia, no rechazar lo que hay en el plato ni ofrecer alternativas en caso de que el niño diga que no le gusta. Asimismo, en edades más avanzadas se puede aprovechar la escuela para informar acerca de los valores calóricos con determinadas actividades educativas.

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