Preparar tortitas es una fórmula original y sencilla de cambiar por una tarde la merienda. Si nos decidimos a hacerlas, hay que tener presente que la masa no debe guardarse de un día para otro, ni siquiera en la nevera, ya que fermenta fácilmente.
Unas buenas tortitas
Los ingredientes Un kilo de harina, un litro de leche, cuatro huevos frescos, 100 g de azúcar glacé (en polvo), 20 g de mantequilla, un poco de sal y una cucharadita de levadura.
Cómo se elabora la masa: Partimos los huevos echándolos en un barreño metálico y añadimos el azúcar y la sal. Batimos con las varillas y agregamos la leche paulatinamente, sin dejar de batir la masa. Añadimos la harina poco a poco, removiendo al mismo tiempo para que no se formen grumos. A continuación, agregamos la mantequilla fundida, la levadura y terminamos de batir para homogeneizar la pasta. Debe quedar una pasta fina y fluida. La pasta se pasa a una jarra de cristal o de loza fina, ayudándose para escurrirla con una espátula de goma.
Cómo se fríen: En una sartén antiadherente vertemos una cantidad prudencial de masa para que ésta forme un disco de unos diez centímetros de diámetro sobre la sartén que estará moderadamente caliente. Esperamos a que esté algo cuajada para darle la vuelta. Pasamos la tortita cocinada por ambos lados con ayuda de una paleta a un plato de postre. La sacamos, colocamos en una fuente y mantenemos caliente bajo un paño limpio.
Cómo se sirven:
Bañamos las tortitas de caramelo líquido, o les ponemos un poco de nata montada. También se pueden acompañar de miel, mermelada o crema pastelera. Se presentan en la mesa acompañadas de cubiertos de postre (cuchara, tenedor y cuchillo).
