Se detecta en una explotación ganadera de Girona un nuevo caso de «vaca loca»

Es el segundo episodio de encefalopatía espongiforme bobina que aparece este año en Cataluña
Por EROSKI Consumer 23 de febrero de 2004

Las autoridades agrícolas catalanas han detectado un nuevo caso de encefalopatía espongiforme bobina (EBB), más conocida como enfermedad de las «vacas locas», en una explotación ganadera de la localidad de Riells i Viabrea (Girona).

Este último episodio se confirmó en la granja afectada el pasado día 12 y son 55 las vacas y 57 los terneros y terneras de la misma que serán sacrificadas en los próximos días, según fuentes del Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat. Este es el segundo caso detectado en lo que llevamos de año en Cataluña de la enfermedad de las «vacas locas», ya que el primero se constató a finales de enero en una granja del término de Peralada, también en Girona, que contaba con 184 vacas y 133 terneros que están aún pendientes de sacrificio.

Por lo que se refiere a los controles, en los dos primeros meses de este año la Generalitat ha realizado 162 test en animales de más de 24 meses muertos en explotaciones ganaderas, y 1.871 test en terneros de más de 24 meses destinados al consumo, en el marco del programa de vigilancia de la EBB desarrollado por la Administración catalana.

Las comarcas gerundenses han resultado ser las más afectadas por la EBB desde que se declaró la gravedad de esta enfermedad animal en 2001 en la comunidad catalana, al ser 22 las explotaciones en las que se han dado casos de vacas enfermas. El pasado año se detectaron 19 casos de EEB en toda Cataluña que supusieron el sacrificio de 510 animales, un número bastante inferior al registrado en 2002, con 10 explotaciones afectadas y 862 sacrificios. En 2001, año de inicio de la crisis, fueron seis las granjas en las que se detectó la enfermedad, con 626 animales sacrificados.

La EEB se define como una enfermedad contagiosa que afecta a las vacas, causada por un prión y asociada al consumo de harinas de carne de origen ovino y bovino infectadas, y caracterizada por un curso lento y progresivo con síntomas nerviosos que acaba con la muerte del animal.

La aparición de esta enfermedad animal y su posible contagio a las personas a través de la variante humana de la enfermedad denominada de Creutzfeld-Jakob, provocó una crisis en el sector de la ganadería por el fuerte descenso del consumo de carne de ternera. El Departamento de Agricultura de la Generalitat recuerda que consumir carne de ternera «no comporta riesgos para la salud humana, ya que se conoce con exactitud la vida de cada animal mediante un código individual y un documento que informa sobre las características de cada uno».

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