Las baldas de comercio son relativamente fáciles de conseguir. La principal ventaja de estos estantes es que pueden montarse con mucha facilidad, dejan a la vista los objetos que albergan y además pueden encontrarse en muchos tamaños.
Por lo tanto, pueden llegar a convertirse en el armario ideal para dejar todas las herramientas siempre a la vista y poder disponer de ellas cada vez que las necesitemos.
Estas baldas suelen disponer en su parte inferior de un trozo de plástico que se encarga de sujetar los precios, algo que puede ser de mucha utilidad para poder clasificar los diferentes tipos de brocas, dependiendo del material para el que sean adecuadas. Si construimos a su alrededor un armario de cristal las seguiremos teniendo a la vista y las aislaremos del polvo que suele reinar en los lugares de trabajo.
