A la hora de decorar las habitaciones de los más pequeños, si no quiere complicarse demasiado puede optar por pintar con pintura lavable de un color oscuro la parte inferior de la estancia, una franja de 125 centímetros más o menos, y la parte superior blanca, por ejemplo.
Con esta sencilla decoración cumplirá dos objetivos, el primero de ellos conseguir que no se noten demasiado las manchas que puedan realizar los niños en la pared con rotuladores, plastilinas y demás elementos de juego, aparte de poder limpiarlas más fácilmente al emplear pintura lavable.
Como se ha optado por colores oscuros para que se noten menos las manchas, el blanco actuará de contrapunto y servirá para dotar de mayor luminosidad a la estancia.
Si piensa que este tipo de decoración es demasiado sencilla siempre puede colocar una cenefa que separe ambos colores o aplicar otra franja de pintura.
