El precio de las llamadas en las cabinas se ha reducido por los cambios de tarificación y redondeo, afirma el Gobierno

La moneda de menor valor que aceptan ha pasado de ser la de cinco pesetas a ser la de dos céntimos, tres pesetas
Por EROSKI Consumer 20 de marzo de 2002

El Gobierno afirma que el precio de las llamadas desde cabinas telefónicas ha bajado desde comienzos de 2002 debido a los cambios introducidos en el sistema de tarificación y redondeo, que permite un ajuste más adecuado de los precios a los costes del servicio, según consta en una respuesta parlamentaria al diputado Carlos Aymerich.

El Ejecutivo explica que, desde el pasado 1 de enero, el precio de la comunicación desde cabinas se calcula en segundos en lugar de en cadencias, igual que en el servicio cursado desde un teléfono particular. A este coste se añade un recargo previsto del 35% más un 16% de IVA y se redondea el resultado final a un céntimo de euro (dos pesetas), frente al múltiplo de cinco pesetas que era habitual.

Así, la moneda de menor valor que aceptan ahora las cabinas ha pasado de ser la de cinco pesetas a ser la de dos céntimos de euro (tres pesetas). Además, el coste mínimo de las llamadas pasa de 20 pesetas a 15 céntimos (25 pesetas).

Estas modificaciones suponen que sólo se produce un incremento en los precios para llamadas metropolitanas de menos de un minuto y 45 segundos, en concreto, un aumento de cinco pesetas.

En la actualidad, y teniendo en cuenta que la mayoría de las llamadas metropolitanas tienen una duración superior a los 104,5 segundos, buena parte de las llamadas tienen ahora un precio igual o inferior al que tenían antes del 1 de enero de 2002, precisa el Gobierno.

Las llamadas provinciales, interprovinciales, internacionales y llamadas a móviles, cualquiera que sea su duración, tienen un precio inferior como consecuencia del menor impacto del redondeo de tiempo y moneda, a lo que se añade la rebaja de tarifas en el caso de llamadas provinciales o interprovinciales, añade el Ejecutivo.

Por último, considera que este ajuste general de los precios a los costes es el resultado de algunas de las medidas de carácter estructural adoptadas con el objetivo de incrementar la competencia en el sector de los servicios, condición indispensable para que se produzca un crecimiento económico sin tensiones inflacionistas, concluye.

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