Créditos al consumo más flexibles

Los créditos al consumo más baratos rondan el 5%, aunque para beneficiarse de este interés las entidades exigen vincularse contratando numerosos productos más, como tarjetas, seguros y domiciliar la nómina y varios recibos
Por Gracia Terrón 24 de abril de 2007

Son muchas las familias que en la actualidad deciden irse de viaje o hacer unas reformas en su vivienda contratando un préstamo personal… El elevado ritmo de consumo de los hogares españoles, que viene creciendo a tasas del 4% en los últimos cinco años, hace que muchas personas hayan apostado por la filosofía de vivir a todo tren, en muchas ocasiones al límite de sus posibilidades. En este escenario adquiere un papel muy importante la financiación al consumo, que ha crecido a tasas superiores a los dos dígitos en los últimos tres años. Sólo en 2006, las entidades financieras concedieron préstamos por valor de 81.000 millones de euros, lo que supone un 14,7% más que en el año anterior. Ahora que el negocio hipotecario comienza a desacelerarse, son muchas las entidades que han anunciado que prestarán más atención a su negocio de préstamos al consumo. Por lo general, aunque los tipos de interés han subido, bancos y cajas están poniendo más facilidades en la concesión de este tipo de créditos personales. Prolongar los periodos de financiación o introducir plazos de carencia son algunas de las facilidades que incluyen muchos de los nuevos préstamos.

Un producto que interesa

Un producto que interesa

El mercado de crédito al consumo (créditos que permiten financiar bienes de consumo como vehículos, viajes, electrodomésticos…) se ha visto impulsado durante los últimos años por un entorno de coyuntura económica favorable, bajos tipos de interés y el gran dinamismo del gasto en consumo de los hogares. En la actualidad, aunque los tipos de interés han subido y, en general, los préstamos son algo más caros, la desaceleración que sufre el negocio hipotecario está moviendo a muchas entidades financieras a mejorar las condiciones de sus productos de financiación al consumo. Philippe Fevre, responsable de productos de activo de Citibank España, asegura que el segmento de préstamos personales es hoy día uno de los más interesantes para las entidades. “Cada vez más gente financia sus viajes, sus reformas en el hogar, caprichos tecnológicos como televisiones de plasma… Es una actitud que va ganando terreno en España”, asegura. Salvador Maldonado, director de relaciones externas y estudios de Banco Cetelem, cree, además, que el consumo seguirá ‘fuerte’, por lo que espera que este negocio siga ofreciendo resultados interesantes también en 2007. “Estimamos que el crédito al consumo crezca a tasas de entre el 14% y el 14,5% en 2007”, añade Maldonado.

Desde la consultora DBK, sin embargo, auguran incrementos de la inversión del orden del 13% y 12% para 2007 y 2008, respectivamente, lo que permitiría alcanzar en el próximo año una cifra de alrededor de 102.250 millones de euros en financiación al consumo.

Las condiciones

Con este escenario de subida de tipos, consumo alto y desaceleración económica, las entidades se están esforzando en introducir peculiaridades a sus préstamos al consumo. Quieren incluir ventajas exclusivas que hagan sus productos flexibles, de modo que se adecuen a las necesidades de los clientes. Un informe del Banco de España afirma que al menos diez entidades relajaron en el cuarto trimestre de 2006 las condiciones aplicadas a sus préstamos al consumo de los hogares, mientras que, por el contrario, endurecieron los criterios de aprobación de nuevas hipotecas.

Desde la consultora DBK aseguran que la moderación del consumo privado y la subida de los tipos de interés configuran un escenario a corto y medio plazo en el que es previsible una leve desaceleración del ritmo de crecimiento de la inversión nueva en crédito al consumo. “Sin embargo, la creciente necesidad de liquidez por parte de las familias compensará el impacto de la subida de tipos de interés en la demanda de créditos al consumo, provocando una mayor presión en las entidades para flexibilizar las condiciones de devolución de los préstamos”, añaden.

Uno de los requisitos que más está cambiando, a favor del cliente, es el del plazo. Salvador Maldonado, de banco Cetelem, corrobora este hecho: “estamos ampliando los plazos, lanzando nuevos productos, aumentando los canales de contratación…”, señala. Para hacer más cómoda la cuota mensual, son muchas las entidades que ofrecen créditos a plazos de hasta diez años, como Banco Finantia Sofinloc, La Caixa, Oficina Directa de Banco Pastor. Inversis Banco, por ejemplo, cuenta con el Crédito Consumo, que permite financiar hasta 100.000 euros a un plazo de amortización máximo de hasta doce años. La ventaja de estos largos periodos radica en que las cuotas mensuales que se deben pagar son más bajas. No obstante, el cliente debe saber que estará pagando intereses durante más tiempo, con lo que el préstamo le saldrá más caro. Por ejemplo, un crédito de 12.000 euros puede pagarse con cuotas de 548,76 euros en 24 meses o letras de 294,73 euros en un periodo de 48 meses. La diferencia es significativa, pero el periodo en el que se están pagando intereses también lo es (justo el doble).

Algunas entidades presentan incluso periodos de carencia. Esta ventaja permite que las cuotas mensuales sean todavía mucho más bajas, ya que la carencia implica pagar sólo intereses y no capital. La Caixa, BBVA o Caja Madrid permiten contratar sus préstamos al consumo con periodos de carencia de hasta tres años. El inconveniente de esta ventaja está en que pasado el periodo de carencia, la cuota mensual se incrementa notablemente, puesto que el cliente debe comenzar a pagar el capital solicitado.

Estos aspectos contrastan con el panorama del crédito al consumo de hace cinco años, cuando los préstamos apenas se concedían con carencia y los plazos máximos de financiación se situaban en cinco o seis años, como mucho. Salvador Maldonado asegura que el alargamiento de los plazos se da, sobre todo, en los créditos para financiar automóviles.

Además, al igual que ocurre con las hipotecas, la tendencia en préstamos al consumo se centra en financiar cantidades cada vez más elevadas. En la actualidad, las entidades permiten solicitar desde 600 y hasta 100.000 euros, lo que supone una nueva ventaja para los clientes que necesiten elevados importes para hacer frente a sus bienes.

Comisiones

Otra de las condiciones que está cambiando en los préstamos al consumo está relacionada con las comisiones. La tendencia general que siguen las entidades es reducir las comisiones por estudio, apertura, cancelación parcial… Esta práctica es más habitual en las entidades que operan por Internet, cuyos gastos son mucho menores. Por ejemplo, Oficina Directa Banco Pastor no aplica comisión de apertura en su Préstamo Personal a Interés Variable. Inversis Banco sólo cobra un 0,25% de comisión de apertura y no aplica comisión por cancelación parcial. Al margen de estas ofertas rompedoras, la media del mercado suele cobrar una comisión de apertura y cancelación del 1,5%. En otros casos, sin embargo, la comisión de apertura puede alcanzar el 2% y la de cancelación anticipada el 3%, lo que resta bastante atractivo al producto. Buscar préstamos con las comisiones más bajas es, por tanto, uno de los consejos que debe tener en cuenta el cliente antes de contratar un préstamo. Cuanto más elevadas sean las tarifas, la carga financiera a la que habrá que hacer frente será mayor.

Tipos de interés

Más importante es, todavía, la dinámica que están siguiendo bancos y cajas en cuanto a tipos de interés. En los últimos meses, entidades como Caja Laboral, Uno-e o Banco Cetelem han lanzado nuevos préstamos personales con intereses del 4,95, 5,39 y del 6% TAE, respectivamente, muy similares, por tanto, a los que ofrecen las hipotecas a interés fijo. La clave de estas ofertas agresivas suele estar en varios factores. En algunos casos, como en el Crédito Ilusión de Caja Laboral, el 4,95% TAE sólo se ofrece a clientes muy vinculados con el banco. En este sentido, Juan Manuel Sinde Oyarzabal, subdirector general de Caja Laboral, asegura que su intención es ofrecer las mejores condiciones a sus mejores clientes, es decir, a los que se vinculan y son fieles a la entidad. “En general, aplicamos a este crédito al consumo la misma filosofía que a otros productos de otros segmentos: las mejores condiciones son para quienes domicilian su nómina, recibos, contratan seguros…”, añade Sinde Oyarzabal. En Openbank, también ofrecen mejores condiciones a los clientes que domicilian la nómina, a los que aplican un interés del 6,75%), frente al 7,75% que pagarán quienes no domicilien su nómina.

Otra clave, por ejemplo de Uno-e o Banco Cetelem, está en la contratación ‘on-line’. Salvador Maldonado opina que “en términos generales, a través de este canal las condiciones de los préstamos suelen ser más ventajosas”.

No obstante, al margen de estas ofertas puntuales y agresivas, el cliente debe tener cuidado. Este tipo dista bastante del tipo medio del mercado, que se sitúa entre el 7,5 y el 8,5%. Además, se promocionan ofertas con tipos cercanos al 13%, por lo que conviene analizar detenidamente este factor antes de contratar el producto.

Otra advertencia importante es la de tener cuidado con los préstamos a tipo cero. Algunas entidades, como Caja Madrid, cuentan con créditos como éste que, sin embargo, aplican elevadas comisiones de apertura, cancelación parcial o total. Por lo tanto, no hay que creerse que este tipo de préstamos son gratuitos. Al final, los gastos asociados al producto que paga el cliente están en la media del interés tipo del mercado.

¿Quién pide un crédito y para qué?

En los últimos tiempos, los créditos al consumo se han convertido en la alternativa atractiva para dar salida a todo tipo de caprichos: viajes, joyas… Juan Manuel Sinde Oyarzabal, subdirector general de Caja Laboral, afirma que en su entidad un 50% de las solicitudes de préstamos se utilizan para financiar un vehículo, un 25% para financiar reformas del hogar y otro 25% para otro tipo de bienes. Según un informe de la consultora DBK, por segmentos de actividad, la financiación destinada a la compra de automóviles representó en 2006 el 33,4% del total y llegó a alcanzar un volumen de inversión nueva de unos 27.050 millones de euros. Por el contrario, el segmento de otros bienes de consumo duradero y servicios, que constituye la principal área de actividad para las entidades de depósito, se ha mostrado especialmente dinámico. En 2006, concentró 66,6% de la inversión nueva total.

Por su parte, un informe elaborado por la entidad especializada en financiación Tus Mejores Hipotecas afirma que el 80% de los préstamos personales que se solicitan a través de su página web tienen como fin el ocio. «Los viajes y las compras, especialmente las definidas como artículos de alto nivel o semi-lujo, se convierten en los destinatarios principales de este dinero», señalan desde la entidad.

Philippe Fevre, responsable de productos de activo de Citibank España, también asegura que, con diferencia, el principal destino de los préstamos al consumo es el ocio, sobre todo los viajes. «La finalidad de las solicitudes de préstamos es muy estacional: en diciembre la gente financia las compras navideñas, en septiembre piden créditos para estudios, antes de verano se financian operaciones de cirugía estética… pero sobre todo, lo que abundan son las solicitudes de créditos para viajes y ocio», explica.

Salvador Maldonado, director de relaciones externas y estudios de Banco Cetelem, también asegura que está creciendo cada vez más la solicitud de préstamos personales para financiar viajes. «Pagar con un crédito las vacaciones de verano anuales o salidas puntuales, por boda o aniversarios, es ahora muy habitual», afirma. Además, según Maldonado, está teniendo una gran acogida el préstamo al consumo para financiar productos tecnológicos.

En cuanto al perfil del cliente, desde Caja Laboral aseguran que es la franja de edad entre 35 y 55 años la más activa en solicitudes de préstamos. Desde Tus Mejores Hipotecas aseguran que, cada vez más, los consumidores buscan un sobresueldo con el que adquirir algunos de los artículos de consumo habituales, o aumentar su poder adquisitivo, puntualmente.

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