Alquiler de obras de arte

La fórmula de alquilar obras de arte ofrece a particulares y empresas la posibilidad de disponer temporalmente de las obras sin tener que comprarlas
Por Elena V. Izquierdo 13 de noviembre de 2007

Es bastante improbable que un Goya o un Velázquez presidan su salón, su fiesta de cumpleaños o su oficina. Pero no hay que perder la esperanza porque en el mercado actual hay otros artistas de gran reconocimiento cuyas obras tienen un alto coste como Antón Patiño, Joaquín Capa o Menchu Lamas. Y, a diferencia de las otras, sus obras sí pueden estar a su alcance. ¿Cómo? Mediante su alquiler por unos días. Aunque su precio depende del autor, el tamaño y el medio (lienzo, papel, grabado…), contar con alguna de estas pinturas, esculturas o grabados puede costar desde 300 euros (un grabado) hasta 15.000 euros si se trata de un lienzo grande. Generalmente los pagos se hacen de manera trimestral y pueden deducirse fiscalmente como gastos de empresa. Además, la fórmula contempla también el posible descontento del cliente, de manera que las empresas ofrecen la posibilidad de cambiar una obra por otra sin gasto adicional alguno.

Los clientes

Los clientes

El alquiler de obras de arte es un sistema que permite a empresas y particulares disfrutar, de forma temporal, de cuadros, esculturas, grabados o fotografías sin realizar el desembolso que genera la compra de estos bienes. Las obras permanecen en manos de sus “dueños pasajeros” el tiempo estipulado en el contrato, aunque algunas empresas proporcionan, además, la opción de adquirirlas. Aunque el alquiler de arte es una iniciativa relativamente novedosa y desconocida en España, cada vez cuenta con más adeptos.

La clientela que recurre al alquiler de obras de arte es muy variada. Generalmente se trata de empresas que quieren decorar sus oficinas y disponer de los cuadros de una manera continuada; también, compañías que organizan eventos temporales y necesitan las obras de forma puntual. Junto a ellas, cada vez es mayor el número de particulares que arrienda lienzos, grabados o esculturas para exponerlos en su casa. El procedimiento no puede ser más sencillo: Las empresas de alquiler de obras de arte muestran a los clientes un catálogo de obras de muy diversos tipos y estos seleccionan la pieza que más se adecúa a sus necesidades. La elección puede hacerla el propio cliente o ser ayudado por un equipo de expertos que la compañía de alquiler pone a disposición de los usuarios.

Dentro del grupo de empresas que alquilan arte destacan las multinacionales. Grandes grupos de consultoría, bufetes de abogados, hoteles o empresas de publicidad recurren frecuentemente al renting. Estos colectivos son los que suelen tener arrendados los cuadros durante un mayor periodo de tiempo. Son empresas que pretenden dar a sus clientes una imagen determinada y lo consiguen con la selección de ciertas obras, la ubicación de éstas en un lugar muy concreto y el alquiler de un número mayor o menor de cuadros. En general, estos usuarios buscan dar una imagen de seriedad, estabilidad, sofisticación, modernidad… dependiendo de la filosofía que inspire los principios de la empresa. También es muy frecuente que durante el tiempo en que está vigente el contrato de alquiler decidan comprar la obra.

Aumentan los particulares que alquilan obras de arte tanto para celebrar en su casa un evento como para decorar sus paredes

También son numerosos los clientes que optan por el alquiler porque necesitan un cuadro, grabado o fotografía durante un tiempo determinado. Es el caso de las productoras de cine y televisión, y de las empresas dedicadas a la organización de ferias, muestras o congresos. Quienes se dedican al negocio del alquiler destacan que para este tipo de usuario es más barato y funcional adquirir las obras durante unos días o unos meses y devolverlas después, porque los interesados se ahorran así el desembolso que supone la compra de una obra que probablemente no van a volver a exponer. En estos casos, el tiempo en que la pieza permanece arrendada es más limitado. Se puede utilizar durante unas semanas para grabar un anuncio o a lo largo de los meses que dure el rodaje de una película.

En este tipo de trabajos la decoración es muy importante y no se pueden introducir láminas, pósters o imitaciones porque arruinarían la calidad de la cinta. Lo mismo ocurre en los congresos, ferias y exposiciones, donde la imagen es fundamental para transmitir valores o ideas.

Las oficinas o lugares de trabajo no son los únicos sitios donde se puede colgar una pintura alquilada. Esta idea se utiliza también en hogares en los que se va a pasar una temporada, pero que no son los definitivos. La obra puede ser apropiada para una vivienda determinada y no resultar adecuada en la siguiente. Así se evitan, además, elecciones precipitadas.

Precios y condiciones

El alquiler ofrece ciertas ventajas frente a la compra. Si bien es cierto que no se dispone de la obra en propiedad, el coste del arrendamiento es mucho menor, lo que permite ajustar los gastos a la hora de decorar la vivienda o la empresa a la vez que se disfruta del trabajo de artistas de reconocido prestigio. Dependiendo de la compañía arrendadora y de los cuadros que ofrezca, los precios medios pueden oscilar entre 20 euros y 200 euros mensuales por pieza. En La Esfera del Arte, la primera empresa que introdujo en España esta fórmula en 1994 el coste medio mensual de un proyecto de decoración de una oficina con obras de arte en renting (incluye 5 ó 6 obras) ronda los 350 euros, según asegura Hans Hoetink, responsable de la misma. Esta cuota es equivalente al 2% del valor de la pieza en el mercado, y el pago se realiza trimestralmente y por adelantado.

Una vez alquilada la obra, si ésta no se ajusta a lo que el usuario desea, se puede sustituir por otra del mismo valor y, en todo caso, devolverse una vez finalizado el contrato. En muchas ocasiones sucede todo lo contrario y el cliente no quiere desprenderse de la pieza. Para estos casos, las firmas de arte dan la oportunidad de comprarla, y con descuentos equivalentes al 50% del alquiler pagado hasta la fecha sobre el precio de la obra en el mercado.

La empresas permiten tanto cambiar la obra arrendada como adquirirla durante el tiempo en que el contrato está en vigor

Otra de las ventajas para tener en cuenta es que mantener la oficina o la vivienda decorada con pintura contemporánea no requiere que el usuario conozca el negocio del arte, los circuitos -a veces cerrados- donde se compra y se vende, o que acuda a ferias y subastas. En muchas ocasiones el empresario o el particular no tienen tiempo para ello, así que los expertos se encargan del asesoramiento.

Catálogo

Las compañías disponen de un amplio catálogo de pinturas, esculturas, grabados o fotografías enfocados a cubrir las necesidades estéticas de las diversas empresas y particulares. Así, hay obras de numerosos artistas que cubren una amplia gama de estilos y son seleccionados por la alta calidad de sus trabajos. Junto a obras originales, las empresas tienen en sus fondos grabados numerados y firmados entre los que se incluyen algunos de los nombres más importantes del arte moderno español e internacional: Tápies, Chillida, Saura, Gordillo, Warhol o Motherwell. Según señalan las compañías de arte, normalmente, los particulares prefieren la pintura figurativa mientras que en las empresas predomina el alquiler de obras abstractas. La fotografía empieza a tener cierta aceptación.

Además de permitir a los clientes disfrutar del arte, el alquiler es una manera de promocionar el trabajo de artistas jóvenes o poco conocidos. Las paredes de una vivienda o una empresa actúan a modo de exposición, pues quien las visita puede interesarse por los cuadros, al igual que sucede en cualquier muestra de arte.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube