Remesas de inmigrantes

Los envíos de dinero de los inmigrantes se han convertido en una fuerza determinante en sus países de origen, y en algunos casos en el motor principal de sus economías
Por Elena V. Izquierdo 10 de diciembre de 2007
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Imagen: Diane Lee

Según revelan los datos del Instituto Nacional de Estadística, en España residen más de cuatro millones de extranjeros. Su presencia no sólo ha servido para mejorar la economía de nuestro país sino que ha producido importantes beneficios en sus lugares de origen. Las remesas que envían los inmigrantes -dinero que periódicamente llega a los familiares que permanecen en su país- han sido una potente vía de ayuda que ha permitido mejorar la calidad de vida de quienes las reciben, en regiones donde los sueldos son mucho más bajos. Los envíos de dinero aumentan cada año y, según señala el Banco de España, durante los primeros ocho meses de 2007, las remesas de los inmigrantes han crecido un 23,4% con respecto al mismo período del año anterior. Los estudios reflejan que estas remesas, posibles gracias al ahorro de los trabajadores, representan un mecanismo de redistribución de la riqueza global que supera con creces lo conseguido con los programas de ayuda al desarrollo impulsados por los países ricos.

Repercusiones en los países de origen

La situación en la que hoy se encuentran los inmigrantes en nuestro país es semejante a la que vivieron nuestros compatriotas en los años 60 y 70. Emigraron a Europa y a América con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida y las de sus familias. El dinero que ahorraron y enviaron a España impulsó, sin duda, el desarrollo del país. Hasta hace sólo tres años, las cantidades que los españoles residentes en el extranjero enviaban a España eran superiores a las que mandaban los inmigrantes a sus países. Esta tendencia se invirtió en 2005 y, cada año, aumenta la diferencia entre lo que se recibe en España y lo que sale del país. El año pasado, esta diferencia llegó a los 1.443 millones de euros.

Según señala Enrique Alberola, responsable de la división de Economía Internacional del Banco de España, al igual que en la mayor parte de los flujos económicos, “la migración opera como un mecanismo de equilibrio. En presencia de desigualdades salariales, la emigración permite una mayor igualdad de salarios entre las regiones que envían y reciben inmigrantes”. El principal beneficio, y el más directo, que logran los ciudadanos que abandonan su país para trabajar en otro es un salario mayor. La obtención de estos ingresos superiores les permite ahorrar y enviar dinero a sus familiares para mejorar su calidad de vida. Estas remesas hacen que las tasas de pobreza absoluta -población con ingresos inferiores a 2 dólares diarios- disminuyan, pues no dejan de ser transferencias directas de renta que benefician principalmente a aquellos que más lo necesitan. Los estudios realizados en Iberoamérica constatan además que las familias que reciben remesas tienden a gastar más en vivienda, educación y salud, lo cual produce una reducción de las enfermedades y un aumento en las tasas de escolaridad.

Las familias que reciben remesas gastan más en vivienda, educación y salud, lo que reducción las enfermedades y hace aumentar las tasas de escolaridad

Según señalan en el portal especializado Remesas.org, el dinero que los inmigrantes envían desde España ha alcanzado un impacto en el país de destino más que relevante. En 2006, Bolivia recibió desde España 735 millones de euros, lo que equivale al 8,5% de su PIB. Las que llegaron a Ecuador supusieron el 3,6% de esta economía mientras que las recibidas por Senegal llegaron casi al 2% de su PIB. Esto significa que los inmigrantes de estos países radicados en España se han convertido en una fuerza determinante en sus países de origen, e incluso cabría considerarlos como el motor principal de sus economías. Otra de las consecuencias que debería generar la salida de trabajadores del país sería una subida salarial para los que se quedan, al haber menos mano de obra en el país de origen, aunque no es así en todos los casos.

Sin embargo, no todo son efectos positivos para los países receptores de remesas. A los costos sociales que supone el distanciamiento familiar y la adaptación del emigrante al nuevo país se unen otra serie de factores.

Las remesas son un arma de doble filo. Según el Informe Mensual del Servei d’Estudis de La Caixa publicado en junio de 2007, se ha comprobado que los miembros de los hogares que reciben remesas tienden a participar menos en el mercado de trabajo. El estudio asegura que en países como México el efecto es enorme: “Mientras el 90% de los hombres adultos en edad de trabajar que no recibe remesas forma parte de la fuerza laboral, sólo el 60% de los que recibe remesas lo hace”. Al parecer la recepción de este dinero hace que aumente el nivel mínimo de salario por el que estas personas están dispuestas a trabajar.

Este mismo informe sostiene que las remesas reemplazan a los ingresos que los emigrantes hubieran podido conseguir en sus países de origen. Además, como el capital que llega de la emigración se genera riqueza en los países que lo reciben, se alimenta la tendencia de sus gobernantes a no adoptar políticas adecuadas que frenen el éxodo de sus ciudadanos.

Según señala el estudio, algunos estudios sugieren que el impacto de las remesas sobre la reducción de la pobreza y el aumento del crecimiento económico, aunque quizás positivo, es muy modesto. Migración y remesas no pueden reemplazar unas buenas políticas económicas y unas instituciones de calidad como motor de un crecimiento sostenido.

Aumentan las remesas

Durante los ocho primeros meses del año 2007 se produjo un espectacular crecimiento de las remesas enviadas por los inmigrantes desde España. En concreto, el aumento fue de un 23,4% con respecto al mismo período del año anterior, lo cual se traduce en una cifra de 5.249 millones de euros, según los datos hechos públicos en noviembre de este año por el Banco de España. Así que las remesas han aumentado en un año 996 millones de euros, puesto que las enviadas hasta agosto de 2006 ascendieron a 4.253 millones.

Las remesas han aumentado en un año 996 millones de euros, lo que convierte a España en el primer emisor de la Unión Europea

Esto ha convertido a España en el primer emisor de remesas de la Unión Europea. El 26% de los envíos de dinero que se hizo a terceros países desde la Unión Europea se llevó a cabo desde nuestro país, según reflejan los datos de la agencia estadística comunitaria Eurostat. Los inmigrantes residentes en los estados miembros remitieron un total de 26.000 millones de euros, de los cuales 6.800 millones salieron de España. Un 82,3%, con rumbo a países extracomunitarios -5.600 millones de euros- y un 17,6% -1.200 millones- a estados de la Unión Europea.

Uno de los factores que apoya este cambio es el aumento constante y progresivo del número de ciudadanos extranjeros que eligen España para trabajar, un fenómeno que ya vivieron nuestros vecinos europeos hace varias décadas. En 1991, el porcentaje de inmigrantes que residía en España era del 1% y en 15 años ha ascendido hasta el 8% aproximadamente. El mayor repunte se ha producido durante los últimos ocho años, en los que el número de inmigrantes se ha cuadruplicado. Este aumento de población extranjera ha permitido que los negocios que se dedican a la gestión de remesas hayan experimentado un gran crecimiento

Modos de envío

El modo de envío de la remesa depende de una serie de factores como son el coste de la transacción, la velocidad con la que llega el dinero, la accesibilidad, la proximidad geográfica, el lenguaje o la familiaridad del proveedor del servicio.

  • La opción más rentable a la hora de hacer grandes transferencias de dinero es utilizar el sistema bancario, que además es totalmente seguro. Sin embargo, muchos inmigrantes lo consideran un método poco accesible debido a los requisitos que piden los bancos a la hora de hacer la transferencia -datos necesarios para abrir una cuenta, horarios poco compatibles con los de los trabajadores-. Para quienes reciben el dinero, en ocasiones, tampoco es el mejor medio, pues además de no ser muy rápido, -es posible que tarde hasta 5 días laborables- la localización de las sucursales puede estar muy lejos del lugar en el que residen. Además, a veces los receptores están poco familiarizados con el funcionamiento de estas entidades. Los países que han sufrido frecuentes problemas de bancarrota tienen menos confianza en el sistema bancario. No obstante, los bancos están haciendo todo lo posible por captar a este nuevo segmento de ciudadanos. Para ello, han puesto a su disposición ventajas para clientes, personal que atienda en su idioma, horarios más flexibles…
  • Una de las principales ventajas que ofrecen las empresas remesadoras es la rapidez con la que envían el dinero, que puede tardar un día, o llegar de manera inmediata. A esto se une la confianza que ofrecen tanto a los inmigrantes como a quienes reciben el dinero, así como la accesibilidad que presentan en el país emisor de la remesa y en el receptor. Hasta ciertas cantidades, están exentas de los requisitos que piden los bancos y son más flexibles en sus horarios. La desventaja se encuentra en que el coste es más elevado debido al tipo de cambio.
  • Uno de los sistemas más baratos es el servicio postal. Las oficinas suelen estar repartidas por todo el país al que llega la remesa, pero cuentan con el inconveniente de la lentitud a la hora de entregar el dinero, y los problemas de liquidez en el país receptor.
  • Al margen de estos servicios, existen los llamados canales informales, que se escapan a los controles oficiales y también a las estadísticas. Son, sin duda, la manera más barata de enviar el dinero, a través de amigos o familiares que viajan al país de origen. Pero de lo que no cabe duda es de que no son los más seguros.
    • Uno de estos medios informales es el hawala. Se trata de un sistema de transferencia de fondos que se realiza a través de proveedores de servicios -los llamados hawaladars- y que en la jerga bancaria árabe significa cable o transferencia. Los inmigrantes lo utilizan para enviar dinero de un país a otro. El interesado se pone en contacto con el hawaladar y éste da la orden por teléfono, fax o e-mail a los corresponsales que trabajan por todo el país de origen y, en 24 horas, llevan la cantidad acordada al domicilio de la persona designada por el remitente. Es un sistema rápido que apenas exige documentación y que se escapa normalmente de los controles burocráticos. No deja rastro, por lo que también puede ser utilizado por inmigrantes que estén en el país de forma irregular. Las comisiones que se cobran son menores y tiene la comodidad de ser un sistema puerta a puerta que llega a las zonas más remotas del país receptor. El principal problema es que es un método poco transparente.
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