Cheques, ¿una especie en vías de extinción?

Cada vez se utilizan menos, pero los cheques son un medio de pago muy rápido y seguro, por lo que resultan idóneos para transacciones con cantidades importantes
Por Blanca Álvarez Barco 12 de junio de 2019
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Imagen: Gadini

Con el uso masivo de tarjetas, transferencias y hasta de aplicaciones para pagar con el móvil, ¿aún se sigue utilizando el cheque bancario? Las cifras delatan que cada vez menos, y no solo en España. En la Unión Europea su empleo ha caído en picado en una década: ha pasado de recurrirse a él en el 8 % de las operaciones a hacerlo en el 2 %, según datos del último ‘Informe Anual de Iberpay‘ (2018). Sin embargo, como contamos a continuación, los cheques resultan un medio de pago muy seguro y rápido -además de sencillo-, muy efectivo para abonar grandes cantidades de dinero sin necesidad de contar con efectivo y aún una herramienta por la que apuestan con frecuencia empresarios y autónomos. Por eso te contamos los tipos de cheques bancarios que hay y cómo expedirlos y cobrarlos.

Cheques bancarios, para qué puedes usarlos

Entre los medios de pago que hoy en día más se utilizan a diario, están las transferencias bancarias o las tarjetas de crédito. En cambio, el empleo de los cheques empieza a ser marginal, pues «cada cinco años, su uso se reduce a la mitad en la Unión Europea», según el informe de Iberpay. Pero los cheques son «seguros y eficaces, y todavía continúan utilizándose en determinadas transacciones», reconoce Esther Muñoz, abogada del despacho Justicia Bancaria.

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Imagen: Niekverlaan

Aunque en el día a día no se recurra a ellos demasiado, puedes necesitar el talonario de cheques para realizar operaciones comerciales «porque se trata de un medio de pago rápido y que brinda seguridad, que permite abonar elevadas cantidades de dinero sin necesidad de llevar efectivo», indica la abogada.

Sin embargo, a pesar de ser el método idóneo para los tratos comerciales, hay ocasiones en que conviene más optar por otro tipo de soporte, y es importante tenerlo muy en cuenta. No es recomendable «en los casos en que no existe una confianza o una relación comercial previa con la persona o empresa que lo expide», pues, si la cuenta contra la que se expide no tiene fondos, será devuelto «y ello, normalmente, conllevará unos gastos», apostilla Muñoz.

¿Cómo puedes cobrar un cheque?

El cobro de un cheque es un trámite muy sencillo. En la operación participan tres partes: el librador, es decir, la persona que expide y firma el cheque; el librado, que es el banco; y el tenedor, que es el beneficiario, el individuo que lo percibirá.

Para cobrarlo basta con que acudas al banco y lo presentes en la ventanilla de caja, donde te darán el dinero que venga especificado en este documento. Pero antes de ir a la entidad, debes asegurarte de que tu cheque cumple todos los requisitos y te lo abonarán. Para ello, tienes que fijarte en algunas características, «que son obligatorias para todos y están especificadas en la Ley 19/1985, de 16 de julio, Cambiaria y del Cheque«, apunta la experta.

  • En todos ellos debe constar la denominación de cheque en el título.
  • Debe mostrar la cantidad exacta que pagarán.

  • Tiene que estar el nombre de quien debe pagarte (y siempre será a través de un banco).

  • Aparecerá el lugar de pago, la fecha y el lugar de la emisión del cheque.

  • Nunca puede faltar la firma de quien expide el cheque.

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Imagen: PhotoMIx-Company

¡Mucha atención al utilizar los cheques!

¿Eres tú quien expide el cheque? Presta mucha atención al modo de rellenarlo, para evitar cometer errores irreparables cuyas consecuencias pueden ser de envergadura.

En primer lugar, nunca debes tener el talonario firmado de antemano (muchas personas así lo hacen, por comodidad) ni delegar en nadie la tarea de rellenar el cheque. Es una de las principales máximas de seguridad. Asimismo, si te has equivocado y quieres deshacerte de un cheque ya firmado, rómpelo antes.

Es aconsejable que expidas cheques nominativos (lo cobra la persona o empresa que figura en el cheque), pues si lo haces al portador y la persona lo pierde, podrá cobrarlo cualquiera.

Por último, sé cauto. Al tener que escribir la cifra, coloca signos delante y detrás de los números, de manera que no se puedan añadir cifras. Y para que no quepan dudas sobre la cifra, es importante escribirla no solo con números, sino también con palabras.

Tipos de cheque bancario

Conviene tener en cuenta que hay varios tipos de cheques bancarios, como explica Esther Muñoz, experta del despacho Justicia Bancaria. Los más habituales son:

  • Cheque al portador: el beneficiario o tenedor (quien lo puede cobrar) es la persona que lo tenga en su poder.
  • Cheque nominativo: solo puede cobrarlo la persona o empresa cuyo nombre figure en el cheque.

  • Cheque para abonar en cuenta: únicamente se puede cobrar ingresándolo en una cuenta bancaria.

  • Cheque cruzado: puede ser depositado solo en una cuenta que el beneficiario (quien lo puede cobrar) tenga el banco. En el anverso, aparecen dos líneas rectas paralelas y una diagonal.

  • Cheque conformado: la entidad de quien pagará el cheque asegura a quien lo cobrará que hay fondos para abonarlo.

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