Tal como contaban los marinos desde hace siglos y como el escritor francés Julio Verne (1828-1905) dejó escrito en su obra clásica «20.000 Leguas de viaje submarino», los mares luminosos o fosforescentes existen. Así se confirma mediante unas imágenes captadas mediante satélite por científicos estadounidenses del Laboratorio de Investigaciones Navales de la División de Meteorología, del Instituto de Investigaciones de la Bahía del Acuario, en Monterrey (California, EE.UU.), y del Centro Nacional de Datos Geofísicos.
Las imágenes de esos mares serán publicadas en el número de noviembre de la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences». Esas aguas brillantes se extienden, según los científicos, en todas las direcciones y pueden manifestar su luminosidad durante varias horas o días. Se cree que esa luz proviene de enormes poblaciones de bacterias, pero su corta duración ha hecho difícil descubrir el origen de su fosforescencia.
El mar luminoso fue detectado por primera vez por el Satélite Meteorológico de Defensa, cuyo objetivo es observar las formaciones de nubes bajo luz solar o lunar, señaló Steven Miller, científico del Laboratorio de Investigaciones Navales. Con el objeto de lograr la detección nocturna, el satélite utiliza un sensor que puede captar emisiones mínimas de luz visible. Las imágenes proporcionadas por los satélites «crean oportunidades para tener un mayor conocimiento sobre las causas, el papel y la influencia de estos fenómenos muy mal comprendidos hasta ahora», manifestó Miller.
Desde 1915, se han documentado 235 existencias de mares luminosos, concentrados mayoritariamente en el noroeste del Océano Indico y cerca de Java (Indonesia). También se han registrado estos fenómenos en las costas de Somalia (África), Portugal y Bahía Fosforescente (Puerto Rico).
