La educación emocional y social en la escuela mejora la convivencia y los resultados académicos

Un estudio sostiene que los niños y jóvenes que participan en estas experiencias son menos conflictivos
Por EROSKI Consumer 10 de octubre de 2008

La convivencia y los resultados académicos de los alumnos mejoran gracias a la educación emocional y social en la escuela, afirma un informe internacional promovido por la Fundación Marcelino Botín y basado en experiencias educativas reales que se han desarrollado en seis países.

Estos programas reducen significativamente, e incluso evitan, los problemas mentales o de la conducta, el consumo de drogas, tabaco y alcohol, y la ansiedad y los síntomas de depresión, según concluyen los autores del informe, dirigido por el británico Christopher Claudel. Se trata del primer estudio que permite comparar los resultados obtenidos en Estados Unidos, pionero en llevar a las aulas programas para mejorar las habilidades sociales y emocionales de los niños y jóvenes, con los que se están consiguiendo en Europa, concretamente en España, Reino Unido, Suecia, Holanda y Alemania.

La investigación mantiene que los niños y jóvenes que participan en estas experiencias son menos conflictivos, se relacionan mejor con quienes les rodean, participan más en la vida escolar y tienen una buena convivencia en las aulas. Además, logran mejores calificaciones que aquellos que reciben una educación estrictamente académica.

Sociedad cambiante

Lo que las escuelas han enseñado en el pasado no es suficiente para las necesidades que plantea el presente y para vivir en un mundo interdependiente que exige nuevas habilidades, apuntó Christopher Claudel, director y cofundador de la red global Alianza para la Infancia y presidente de las Escuelas Waldorf-Steiner del Reino Unido y de Irlanda. Claudel destacó que en las aulas se enseña la historia de la evolución y las teorías de Darwin, pero no que la sociedad está siempre cambiando y que el ser humano tiene que enfrentarse a ese cambio continuo de un modo positivo.

Desde la más temprana infancia se puede aprender en la escuela la tarea de convivir «en tolerancia y en paz», respetando la diversidad, una tarea especialmente importante cuando «no hay razones para creer que el futuro va a ser mejor que el presente» y las nuevas generaciones estarán obligadas a ser «más creativas, en un mundo en el que vamos a ser más y tendremos menos recursos», explicó.

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