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Elkarrizketa

José Manuel Ramírez, Espainiako Errehabilitazio Multimodaleko Taldearen (ERAS) koordinatzailea

Kirurgia baten aurrean, informazio gehiago eman behar da, eta pazientea eta haren senideak inplikatu prozesu osoan.
Egilea: EROSKI Consumer 2013-ko irailak 3
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Enfrentarse a una operación siempre da miedo. Aunque en los últimos años han proliferado técnicas de cirugía mínima invasiva (CMI), que han contribuido a la desmitifación de las intervenciones quirúrgicas y a la disminución del miedo de los pacientes ante el quirófano, los expertos sostienen que es preciso dar mucha más información sobre cada operación e involucrar más a los afectados en su proceso terapéutico o quirúrgico. Dejarse hacer y creerse “en buenas manos” no es tan efectivo como que la persona esté bien informada de su enfermedad y se implique en ella de manera activa. Darle esta información es uno de los pasos de los nuevos protocolos multimodales, gracias a los cuales se puede acelerar la recuperación y disminuir las complicaciones, como se ha constatado en las cirugías del cáncer de colon y recto. Así lo explica en esta entrevista José Manuel Ramírez, profesor asociado de Medicina en la Universidad de Zaragoza y coordinador del Grupo Español de Rehabilitación Multimodal (ERAS/GERM), que se ha reunido hace poco en Barcelona durante la jornada “Rehabilitación Multimodal del paciente quirúrgico, un proceso multidisciplinar”, organizada por la farmacéutica MSD.

Informatutako pazientea

“Las sociedades desarrolladas han cambiado. El enfermo está cada vez más informado de los pasos que se han de seguir después de una cirugía y se involucra en ellos. Es importante que sepa, tanto él como sus familiares, si se puede levantar dos horas después de la cirugía o no, porque, en la medida en que sepa qué ha de hacer, sufrirá menos complicaciones“, explica José Manuel Ramírez.

En su opinión, ni este paciente informado ni el modo de trabajar con protocolos conjuntos que propone el grupo ERAS deben tomarse como una injerencia por parte de los profesionales habituados a otras maneras de trabajar. “Se requiere un tiempo para cambiar las tradiciones y siempre resulta difícil, en cirugía también, y más cuando en una organización sanitaria hay formas de hacer las cosas, rutinas y tradiciones impuestas. Muchos se preguntan por qué modificar algo que se hace bien. Pero cuando se presentan los resultados positivos, los recelos y los miedos para aplicarlos desaparecen”, admite Ramírez.