
Como presidenta de Médicos del Mundo, a Sagrario Martín le toca librar una de las batallas más incongruentes: defender el derecho a la salud. La sanidad universal es una de sus máximas desde que se retiró la tarjeta sanitaria a personas migrantes en situación irregular, para quienes se ha recuperado el acceso a los servicios sanitarios, si bien siguen sin tarjeta. Recuerda que el derecho a la salud no es un lujo, sino que está reconocido en acuerdos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por ello no entiende que la reforma sanitaria de 2012 dejara fuera a las poblaciones que “estaban siendo especialmente azotadas por la crisis económica”. No comprende que la situación administrativa prevalezca sobre la humana, ni otras decisiones como el copago de los medicamentos, por lo que exige “un compromiso político firme y, sobre todo, financiero”, así como la transparencia en la fijación de precios de los medicamentos y la competencia con los genéricos, “la única posibilidad de reducir drásticamente el precio y hacerlo accesible a los sistemas de salud”.