El celo de la perra: ciclo y funcionamiento

Las perras tienen uno o dos celos al año, que duran alrededor de tres semanas y que deben ser regulares
Por Carolina Pinedo 30 de enero de 2012
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Imagen: Tobyotter

El celo es el reflejo de la actividad sexual de las hembras, que maduran antes que los machos. Suelen tener el primer celo entre los seis y los nueve meses de edad, aunque depende de cada raza. En general, las más grandes tienen el primer celo más tarde. Si a los 18 meses de edad la perra no ha tenido su primer celo, hay que consultar con el veterinario para averiguar las causas.

El primer celo se produce en la pubertad y si se retrasa, puede ser debido a varios factores como: las condiciones ambientales, la presencia de otras hembras o la ingesta de ciertos medicamentos. La perra tiene entre uno y dos celos al año, que también se denominan estros y que, en principio, deben ser regulares.

Si el celo, que dura alrededor de 15 días, aparece cada cuatro meses, o menos, la perra puede tener algún tipo de problema en su aparato reproductor. En caso de que el celo dure más de 21 días es recomendable acudir al veterinario. Entre los dos y seis años de edad, las hembras son en general constantes en la duración de su ciclo y en los intervalos de estos. Ya a partir de los siete años de edad, que es cuando acaba la edad reproductiva óptima, puede haber cambios en la regularidad del «ciclo ovárico».

El celo y el comportamiento

Cada vez que la perra tenga el celo, se notará un cambio de comportamiento en el animal, así como ciertos síntomas físicos: aumento del tamaño de la zona genital y las típicas hemorragias, que son más abundantes en los primeros días del ciclo.

El estro consta de dos fases: la primera en que la perra tiene pérdidas de sangre , la vulva inflamada y atrae a los machos con su olor, pero los rechaza. Y la segunda fase, en la que las pérdidas de sangre son menos abundantes, la vulva está más inflamada y la perra acepta el apareamiento con los machos.

Por otro lado, no es cierto que las perras tengan que criar al menos una vez en la vida. Si una perra no se queda preñada nunca, no afecta a su salud. Y es que la perra no tiene necesidad física de aparearse .

Esterilización

Si la hembra no está esterilizada, es fácil que ocurra un accidente y quede preñada. Entonces llegará una camada de cachorros , que puede ser numerosa. Y colocar seis perros no es fácil, si se quiere que los animales vayan a parar a hogares donde se les cuide de forma responsable. Los albergues están llenos de camadas indeseadas, así que hay que tomarse de manera seria el no dejar al azar situaciones de las que no nos podemos hacer cargo.

Un animal es responsabilidad del dueño y este debe buscar su bienestar. Con la esterilización, además de evitar embarazos no deseados , se previenen enfermedades en la hembra como: los quistes ováricos, los tumores mamarios o los embarazos psicológicos. En cuanto a los fármacos para evitar el celo, tienen efectos secundarios, así que la opción más recomendable es la esterilización.

Feromonas que seducen

Unas sustancias que influyen mucho en el cortejo y apareamiento de los perros son las feromonas. Se trata de sustancias químicas que se producen en las glándulas que están en las mamas, alrededor del ano o en las orejas del animal.

Si una perra no se queda preñada nunca, no afecta a su salud, en absoluto, ni tiene necesidad física de que así sea
Estas sustancias de olor atrayente para los perros también están presentes en su saliva, orina, excremento y flujo vaginal. Las feromonas son mucho más que un simple olor, se trata de un medio de información que transmite datos a los perros como: su estado emocional o la posición jerárquica y disposición sexual de su portador.

El perro no sólo es capaz de captar las feromonas olfativas de sus congéneres y obtener información, muy valiosa sobre ellas, sino que también es capaz de hacerlo con el olor que desprendemos las personas.

El estro es el período en el que las hembras están receptivas para ser cortejadas. Durante las tres semanas que dura, el cuerpo de la perra genera las atractivas feromonas, que alertan de su predisposición sexual a los machos. Hay que tener en cuenta que las hembras son selectivas con sus posibles parejas.

Los fármacos para evitar el celo tienen efectos secundarios, así que, la opción más recomendable es la esterilización
Por ejemplo, se puede dar el caso de que una hembra rechace a un candidato que no pertenece a su misma raza. La perra estará mucho más receptiva al contacto sexual hacia el final del estro, alrededor del día 15, es entonces cuando la perra estará dispuesta a aparearse.

La hembra no es la parte más activa de la pareja a la hora del cortejo . Es el macho quien toma la iniciativa en este sentido y la hembra lo aceptará si se encuentra en el momento del celo más receptivo, al final del estro. Cuando la perra no está en celo, no acepta el contacto con el macho, al que rechazará.

El caso de los machos

Los perros entran en celo cuando captan la feromonas o partículas olorosas que desprende una hembra en celo. Para un perro este perfume es embriagador y es lo que produce las persecuciones de los machos a las hembras en celo. Se ponen muy nerviosos y excitados, olisquean continuamente y algunos pueden protagonizar escapadas en busca de la dueña de tan cautivador olor.

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