El descubrimiento en el oeste de China de un pequeño dinosaurio herbívoro provisto de pico del tipo de los terópodos puede aportar importantes evidencias de cómo las manos de cinco dedos de los dinosaurios evolucionaron en las alas de los actuales pájaros. «Ofrece pruebas interesantes acerca de cómo las manos de las aves han evolucionado», afirma el doctor James Clark, de la Universidad George Washington (Estados Unidos), uno de los descubridores del dinosaurio junto a Xu Xing, del Instituto de Paleontología Vertebrada y Paleoantropología de Pekín.
El nuevo dinosaurio, bautizado como «Limusaurus inextricabilis», fue encontrado en un yacimiento de 159 millones de años de antigüedad situado en la cuenca de Junggar, en Xinjiang, al noroeste de China. Un examen detallado de los fósiles puso de manifiesto que el dinosaurio carecía de dientes, pero poseía un pico plenamente desarrollado. Su falta de dientes, los brazos cortos sin garras afiladas y otras características del animal sugerían que se trataba de un comedor de plantas, aunque también está relacionado con la familia de los dinosaurios carnívoros.
Pero lo que más llamó la atención de los científicos fueron los dedos de sus manos, que arrojan luz sobre cómo los dedos están presentes en las alas de los pájaros actuales, que son los descendientes de los dinosaurios terópodos. El «Limusaurus», a diferencia de los terópodos conocidos hasta ahora, tenía el primer dedo sensiblemente más reducido y los tres centrales más desarrollados, lo que coincide con la evolución experimentada con las aves. Los embriones de las aves modernas nos dicen que estas perdieron un dedo del exterior y otro del interior y las alas surgieron de los tres dedos centrales.
«Este descubrimiento es fascinante, porque cambia lo que pensábamos sobre las manos de los dinosaurios. También es sorprendente encontrar una relación entre huesos de hace millones de años y las moléculas de las aves actuales», dijo el doctor Xu Xing.