El quebrantahuesos volverá a Cazorla después de 15 años

Se estima que en 2004 se podrá iniciar la suelta de ejemplares
Por EROSKI Consumer 6 de mayo de 2002

El proyecto de cría en cautividad del quebrantahuesos en Cazorla empieza a dar resultados tres lustros después de que el último de estos carroñeros desapareciera de la serranía jienense. El primer pollo nació en febrero y los expertos estiman que en 2004 se podrá iniciar la suelta de ejemplares.

Su nombre genérico, gypaetus, significa águila buitre, pero esta rapaz de vientre herrumbroso es más conocida por quebrantahuesos por su costumbre de estrellar contra las piedras los huesos para partirlos y extraer el tuétano o, simplemente, tragárselos. La mecanización de la agricultura, el enterramiento o cremación de las reses muertas -cuyos despojos se depositaban antes en muladares-, los venenos, la caza furtiva y la destrucción de su hábitat pusieron al ave rapaz más grande de Europa al borde de la extinción. Pero hay motivos para la esperanza.

Después de que en 1987 desapareciera el último ejemplar de la Sierra de Cazorla, el refugio de la especie quedó limitado a los Pirineos. Rafael Heredia, coordinador nacional del Plan de Recuperación del Quebrantahuesos, estima que quedan cerca de 400 individuos en las dos vertientes, de los que 237 son adultos (190 en España y 47 en Francia). «En el periodo 1985-2001 se ha pasado de 37 a 77 parejas reproductoras en nuestro territorio, con una media de incremento anual del 5%». En realidad, la española es la única población viable de Europa de una carroñera que también está presente en los Alpes, Córcega y los Balcanes.

Problemas de consanguinidad

A la aceptable situación del quebrantahuesos en los Pirineos se une la noticia positiva de su regreso a la Sierra de Cazorla. El Centro de Cría Guadalentín, el segundo en importancia del mundo para esta especie después del de Viena, cuenta con 19 ejemplares (hay dos más en el zoo de Jerez, que participa en el plan). «Tenemos representación de todas las líneas genéticas para evitar problemas de consanguinidad», explica Miguel Ángel Simón, director del proyecto de reintroducción en Andalucía. «En febrero celebramos el nacimiento del primer pollo. Creo que si conseguimos una producción de 3 ó 4 pollos por año podremos soltar los primeros en 2004».

El precedente de los Alpes -donde se han soltado 110 aves y se han localizado ya 5 nidos- también potencia las posibilidades de Cazorla, un lugar más favorable que la gran cordillera europea. «Estamos revisando el estudio de viabilidad que Fernando Hiraldo, presidente de la Fundación Gypaetus, y otros expertos realizaron en 1990», añade Simón. «Este informe debe tener en cuenta dos factores fundamentales: la erradicación definitiva de los cebos envenenados y la garantía de alimento en el medio natural». La colaboración del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) es clave en el primer aspecto. Los animales silvestres y la abundante ganadería de la zona garantizan la dieta del ave, aunque será necesario instalar comederos para fijar la población de los quebrantahuesos, sobre todo de los jóvenes, que tienden a la dispersión.

Esos comederos forman parte, precisamente, de la estrategia para la puesta en libertad de las rapaces. «El plan de manejo se denomina hacking -añade el responsable del proyecto-. Instalamos a los pollos volantones en cuevas donde se les suministra alimento hasta que culmina su desarrollo. Después, les preparamos unos comederos temporales para que se acostumbren a ese territorio y no lo abandonen». De funcionar el experimento en Cazorla será exportado a otras sierras andaluzas.

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