Expertos de todo el mundo reunidos ayer en el Fórum de Barcelona, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, alertaron del peligro que representa la contaminación marina y del grave daño que provoca en este tipo de ecosistemas la pesca de arrastre. En este sentido, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aseguró que el Gobierno español impulsará una «reducción gradual de las artes pesqueras más destructivas» para garantizar la conservación de los ecosistemas marinos.
Considerando que uno de los ejes del Fórum es la sostenibilidad, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) decidió que la capital catalana acogiera por primera vez un Día Mundial del Medio Ambiente.
Ante la asistencia de unas 1.500 personas, los responsables políticos que acudieron a la cita, el mayor número que se ha visto hasta ahora en el Fórum, coincidieron en reafirmar el compromiso de sus administraciones para solucionar el riesgo de muerte de mares y océanos por culpa de la intervención humana.
Narbona insistió en que la voluntad del Gobierno español es reorientar la política del agua para que llegue «más agua dulce a los mares y más sedimentos; que no se vuelva a decir que el agua de los ríos se tira al mar». La ministra también confirmó que el Ejecutivo trabajará para mejorar los niveles de seguridad en el transporte marítimo.
Por su parte, el director del PNUMA, Klaus Toepfer, dijo que la paz «es lo más importante para lograr las condiciones para un desarrollo sostenible». En este sentido, adelantó el objetivo de su organización de crear una red de áreas marinas protegidas.
El Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra en 120 países de todo el mundo, incluyó la liberación de dos tortugas marinas en la playa de Sant Adriá de Besós (Barcelona) por parte de los niños del Campamento de la Paz, un espacio en el que conviven menores de ciudades que han sufrido la guerra o la pobreza.
Además, Greenpeace lanzó una campaña a nivel mundial para pedir una moratoria en la pesca de arrastre. La organización ecologista distribuyó imágenes de fondos marinos antes y después de que haya pasado una red de este tipo, para demostrar sus efectos destructivos.
