Islandia anuncia la captura anual de 250 ballenas durante los próximos cinco años

Los ecologistas afirman que el turismo de avistamiento de cetáceos genera muchos más beneficios que la caza de estos animales
Por EROSKI Consumer 30 de enero de 2009

Islandia es uno de los países, junto con Japón y Noruega, que se salta la moratoria sobre la captura de ballenas. En un principio lo hizo escudándose en motivos científicos, pero en 2006 reconoció abiertamente que lo hacía por razones puramente comerciales.

El Ministerio de Pesca saliente -el Gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas dimitió hace unos días por la desastrosa gestión de la crisis económica que afecta al país- ha anunciado la caza de 150 ejemplares anuales de rorcual común y otros 100 de rorcual aliblanco o ballena minke durante los próximos cinco años.

Las reacciones de los grupos ecologistas no se han hecho esperar. Desde Greenpeace instan al nuevo Gobierno interino que no permita la nueva cuota de caza de ballenas, ya que tendrá consecuencias negativas para el comercio y el turismo, especialmente necesarios para la economía del país. «La caza de ballenas empaña la imagen internacional de Islandia, y es insignificante desde un punto de vista económico», afirma la organización.

Más del 90% de la carne producida por el incremento de la cuota provendrá de especies de cetáceos amenazadas y no será consumida por los islandeses, sino que se exportará. «El único país receptor de esta mercancía es Japón, con el que, hasta el momento, las transacciones han sido muy escasas: tan solo un cargamento de 60 toneladas de carne de ballena que ha permanecido cuatro meses en las aduanas antes de obtener permiso. Además, el país nipón ya tiene almacenadas miles de toneladas de carne de ballena congelada», explica Greenpeace.

Turismo de avistamiento

Esta organización considera que hay soluciones económicas mucho mejores, como el turismo de avistamiento de ballenas. «Sólo un pequeño aumento del número de turistas en Islandia para ver ballenas crearía y aseguraría más puestos de trabajo y dinero que la caza de ballenas en toda su historia», asegura.

En 2008, cerca de 115.000 personas hicieron turismo de avistamiento de cetáceos en Islandia. Además, más de 100.000 han firmado un compromiso por el cual consideran visitar este país si abandona la caza de ballenas. «Esto supondría aproximadamente 117 millones de dólares en ingresos turísticos, una cifra muy superior a los cuatro millones de dólares generados por las actividades balleneras en el país», calcula Greenpeace.

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