Con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertización y la Sequía, que se celebra hoy jueves, las organizaciones no gubernamentales recuerdan que una de cada cinco personas en el mundo no tiene acceso al agua, y solicitan la elaboración de un plan nacional para frenar este fenómeno que amenaza al 40% de la superficie española.
El 19 de diciembre de 1994, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó Día Mundial de Lucha contra la Desertización y la Sequía el 17 de junio, fecha en que se había aprobado la Convención de la ONU contra la desertización en los países afectados por sequía grave, en particular los africanos.
Ante la celebración de esta efeméride, Intervida alerta de que más del 35% de la población mundial no tiene acceso al agua potable y sólo el 69% se beneficia de instalaciones sanitarias adecuadas. «La disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente difiere mucho de unos países a otros y así, mientras en algunos lugares se consumen más de 3.000 litros al día, otras personas apenas disponen de unos 10 litros diarios, la décima parte de la cantidad mínima adecuada de agua estimada por persona y día», afirma la ONG.
Intervida pone el ejemplo de Malí, una de las naciones más pobres del planeta y donde lleva a cabo una campaña de cooperación. El país africano «depende del Níger como única fuente de alimentos, agua y transporte, pero grandes zonas del río afrontan el riesgo de catástrofes ambientales, a raíz de la contaminación», alerta la ONG.
Además, la aceleración del proceso de desertización en las últimas décadas ha provocado que el desierto avance y las dunas invadan casas y campos de cultivo, que han sido abandonados.
Plan de Acción
Por otro lado, Ecologistas en Acción considera «prioritario y urgente» la elaboración del Plan de Acción Nacional de Lucha contra la Desertización. Según los datos que maneja esta asociación, el 40% del territorio español está amenazado por procesos de desertización, un fenómeno que avanza a una velocidad alarmante.
En la actualidad siete provincias presentan niveles de erosión por encima del 90% de su superficie: Almería, Murcia, Valencia, Tarragona, Las Palmas, Alicante y Castellón, y otras como Las Palmas y Alicante están afectadas en un 100%, según la organización ecologista.
Las principales causas de la degradación del suelo están en la mala gestión de los recursos hídricos, una inadecuada actividad agraria, la construcción de grandes infraestructuras, y el descontrolado desarrollo urbanístico en las costas. Ante esta situación, Ecologistas pide a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que considere prioritaria la elaboración de un plan que incluya acciones destinadas al desarrollo de una gestión sostenible de las tierras agrícolas, de los recursos hídricos y de la ordenación del territorio.
Por su parte, Comisiones Obreras (CC.OO.) advierte de que las cuencas hidrográficas del sur de España recibirán un 17% menos de precipitaciones en el año 2060, respecto a 1995, como consecuencia del cambio climático. En este sentido, el sindicato afirma que el calentamiento global agudizará aún más los efectos devastadores de la sequía y la desertización, y «España puede ser uno de los países europeos más afectados». Por ello, cree que cumplir el Protocolo Kioto es sólo un primer paso para reducir las emisiones, que, según sus datos, han aumentado un 40% respecto a las de 1990.