Millones de niños podrían haber sufrido daños cerebrales por la contaminación industrial, según un estudio

Sus autores piden a las autoridades que extremen los controles sobre los productos industriales contaminantes
Por EROSKI Consumer 8 de noviembre de 2006

Un estudio científico publicado en la versión digital de la revista médica «The Lancet» señala que la contaminación industrial podría haber provocado daños cerebrales en millones de niños en todo el mundo. Sus autores solicitan a las autoridades, tanto en Europa como en Estados Unidos, que refuercen la investigación y los controles sobre los productos industriales contaminantes para proteger sobre todo a los niños, que son los más vulnerables.

Existe una «pandemia silenciosa» de trastornos en el desarrollo neurológico causada por productos químicos tóxicos vertidos en el ambiente, cuyo efecto en las personas es real pero difícil de calibrar, según denuncia el estudio, elaborado por expertos estadounidenses y daneses. Los autores del estudio identificaron 202 productos químicos industriales potencialmente perjudiciales para el cerebro humano. Son «sólo la punta del iceberg», indicaron.

Los científicos recordaron que en la actualidad se conocen más de 1.000 productos químicos que son neurotóxicos en animales y advirtieron de que es probable que también lo sean para los humanos. Algunas de las enfermedades o trastornos que podrían derivarse de la contaminación industrial son autismo, déficit de atención, retraso mental y parálisis cerebral.

«El cerebro humano es un órgano precioso y vulnerable y, debido a que su funcionamiento óptimo depende de la integridad del órgano, cualquier daño, aunque sea limitado, puede tener serias consecuencias», aseguró el doctor Philippe Grandjean, del departamento de Medicina Ambiental de la Universidad del Sur de Dinamarca, en Winslowparken. «Aún en casos en que existe documentación suficiente para probar su toxicidad, la mayoría de los productos químicos no están regulados para proteger el cerebro en desarrollo», apuntó el experto.

«Sólo unas pocas sustancias, como el plomo y el mercurio, se controlan con el propósito de proteger a los niños», indicó Grandjean. Los 200 productos químicos restantes, «cuya toxicidad para el cerebro humano es conocida, no están regulados para prevenir su efecto adverso en el feto o en los niños pequeños», afirmó.

Los científicos admiten que especificar los efectos de la polución química industrial es extremadamente difícil, ya que los síntomas pueden tardar años o incluso décadas en aparecer. Por este motivo hablan en su estudio de una «pandemia silenciosa», porque el daño causado por cada químico tóxico no se refleja de forma evidente en las estadísticas de salud disponibles. Además, advirtieron de que los efectos en millones de personas «podrían ser mucho mayores de lo que actualmente se reconoce».

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