Un distintivo de calidad certificará la accesibilidad de las playas españolas

Medio Ambiente pretende que un tercio de los arenales estén adaptados para discapacitados en 2004
Por EROSKI Consumer 18 de agosto de 2003

Nuestras costas todavía dejan mucho que desear en cuanto a su accesibilidad para personas discapacitadas. Datos del Ministerio de Medio Ambiente revelan que España cuenta con 3.200 playas a lo largo de todo su litoral y de ellas, 708 están adaptadas actualmente en mayor o menor medida. Este departamento se ha propuesto intervenir en 590 playas de 23 provincias y de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla para hacerlas totalmente accesibles a este colectivo. Un objetivo que ya dio a conocer en 2002, cuando puso en marcha el Plan de Accesibilidad de las playas españolas que llega ahora a su ecuador.

Medio Ambiente ha garantizado que el 50% de este programa estará ejecutado a finales de este año y será en 2004 cuando se complete en su totalidad. Para ello ha firmado recientemente un convenio de colaboración con el Comité Español de Representantes de Minusválidos (CERMI), organismo que expondrá las playas consideradas de actuación prioritaria. Ambas instituciones se han comprometido además a facilitar información en tiempo real, a través de Internet, de los arenales que cuenten con acceso para personas discapacitadas. Y estudiarán la creación de un distintivo de calidad que certifique la accesibilidad de esos espacios, de tal forma que ese sello figure tanto en las propias playas como en todas las guías turísticas.

En definitiva, se trata de adoptar medidas que doten al litoral español de unas condiciones de accesibilidad efectivas para que cualquier persona discapacitada física, psíquica o sensorialmente -ya sea de forma temporal o permanente- disfrute de las mismas oportunidades que cualquier otro visitante. Una infraestructura de la que también se podrán beneficiar otros colectivos que se caracterizan por una movilidad reducida, como las personas mayores o las familias con hijos de muy corta edad.

Aparcamiento cercano

Existen recursos técnicos más que suficientes para hacer una playa accesible. Primero se debe habilitar un aparcamiento cercano, con plazas reservadas -perfectamente señalizadas- de uso exclusivo para personas discapacitadas. Y garantizar que éstas tengan una conexión peatonal hasta el paseo marítimo. «Además, es importante que no sólo se facilite el acceso con vehículo propio, sino que también los medios de transporte que llegan hasta ese lugar estén bien adaptados», señala Pedro López, arquitecto y director técnico de Accesibilidad en la Fundación Once.

Como es lógico, las actuaciones más numerosas se deben realizar en la misma playa. A través de rampas con barras y pasamanos se accederá al arenal. «Una vez en la arena, unas pasarelas a ras de suelo, normalmente de madera tratada, garantizarán la movilidad para personas discapacitadas. Lo ideal es que estos senderos lleguen hasta la zona de arena húmeda, que soporta mucho mejor el peso, por ejemplo, de una silla de ruedas», explica López.

Que una persona discapacitada pase de la arena al chapuzón en el agua es «una tarea que frecuentemente realizan los equipos de salvamento -dice López-. Ellos deben tener medios para ayudar en ese acceso, con grúas o sillas anfibias que incorporan flotadores. Cruz Roja dispone de sillas de esta clase para personas con poca movilidad en las piernas».

Igualmente, se debe pensar en las personas discapacitadas cuando se trate de otros servicios paralelos como quioscos, duchas y cabinas de aseos adaptados, a los que llegar a través de pasarelas que salven los desniveles existentes. Según López, «en algunas playas se ha entarimado incluso toda la zona de sombrillas».

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