Japón lanzó el sábado pasado un cohete M-5 desde el centro espacial de Uchinoura, en la provincia de Kagoshima, para poner en órbita su tercer satélite de observación solar, que ayudará a los científicos a estudiar el calentamiento de la atmósfera. Está previsto que comience a operar en noviembre.
La Agencia Aeroespacial de Japón concibió el M-5 en 1997 y, desde entonces, ha lanzado siete unidades, de las que sólo una fracasó.
Se espera que el satélite «Solar B», que será sustituido a partir del próximo año por un modelo más avanzado, ayude a los científicos a comprender la razón por la que la atmósfera solar es mucho más caliente que su superficie visible. Además, la sonda investigará las llamadas erupciones solares.
La producción de cohetes M-5, capaces de transportar satélites de hasta 1,8 toneladas y ponerlos en órbita a una altura de 250 kilómetros, fue suspendida a comienzos de año debido a su alto coste (unos 50 millones de euros por lanzamiento).
Estos cohetes serán sustituidos por otros menos potentes y con un coste bastante más asequible, 21 millones de dólares por lanzamiento.