Propuestas para pasar unas vacaciones navideñas «verdes»

Las Navidades pueden ser unas vacaciones más ecológicas y económicas si se siguen varios consejos sencillos
Por Alex Fernández Muerza 18 de diciembre de 2014
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Imagen: Amio Cajander

Las vacaciones de Navidad pueden disfrutarse de forma más ecológica y, de paso, ahorrar dinero. Las posibilidades son muy diversas, como aprovechar la oferta cultural y ambiental de nuestro entorno cercano, hacer “ecoturismo” o acercarse a algún espacio natural protegido, siempre de forma respetuosa con el entorno. Este artículo ofrece varias propuestas para pasar unas vacaciones navideñas “verdes”.

Disfrutar de nuestro entorno

Una forma sencilla de pasar unas navidades más ecológicas es no viajar fuera de nuestro entorno habitual. Esto no significa quedarse encerrado y aburrido en casa, sino aprovechar al máximo las actividades culturales, ambientales, gastronómicas, etc., más difíciles de disfrutar durante el resto del año, e incluso descubrir rincones desconocidos o que han cambiado. Además de ahorrar dinero se evita el impacto ambiental causado por el transporte, en especial, el del vehículo privado. Las fechas navideñas son propicias para quedar con amigos y familiares a quienes no se puede prestar tanta atención el resto del año.

España tiene una gran riqueza natural protegida que puede disfrutarse en las vacaciones navideñas

En definitiva, se puede lograr una variada oferta si se sabe buscar. Para ello, conviene informarse en las instituciones locales y provinciales responsables de cultura y medio ambiente. Otra opción son los Centros de Educación Ambiental, donde además de organizar actividades, pueden ofrecer toda la información necesaria. Las diversas ONG ambientales, tanto en el ámbito nacional como local, cuentan con programas de ocio y voluntariado ambiental. Si se conoce un poco la ciudad, cualquier persona puede organizarse sus propias actividades, pasear por los parques urbanos y periurbanos, darse una vuelta en bicicleta, visitar jardines botánicos, etc.

Visitar espacios naturales protegidos

España posee una gran riqueza natural protegida: parques nacionales y naturales, reservas de la biosfera (después de Estados Unidos, es el país del mundo con más espacios protegidos de este tipo), zonas especiales para las aves, etc.

Una buena opción para pasar las vacaciones navideñas, o al menos parte de ellas, es por tanto ir a cualquiera de estos espacios naturales protegidos. Para desplazarse de forma más sostenible, es preferible utilizar el transporte público, como autobuses o trenes, pero si no se puede evitar el vehículo privado, al menos se puede asumir una conducción eficiente (hinchar bien las ruedas, mantener una velocidad adecuada, no abusar del climatizador, etc.), que reduce las emisiones contaminantes y el gasto económico.

Una vez en el lugar, es imprescindible comportarse de manera respetuosa con el entorno: no hacer fuego, no arrojar residuos y recogerlos para su reciclaje, no alterar las condiciones del entorno, no introducir especies invasoras ni llevarse flora o fauna local, etc.

Turismo ecológico

El turismo ecológico, o ecoturismo, ofrece una alternativa «verde» a los destinos turísticos convencionales. Las posibilidades son cada vez más variadas, como señala Amanda Guzmán, portavoz del Club Ecoturismo en España: especializado, sobre todo el de tipo ornitológico («birdwatching«), pero también por otras especies; físico, para amantes del deporte de naturaleza y aventura, como el alpinismo, el trekking, etc.; familiar: para personas que combinan la naturaleza con la cultura, la gastronomía, etc.; de esparcimiento, para quienes buscan lugares del entorno rural, rodeados de naturaleza, para descansar.

La oferta de ecoturismo en España es cada vez más variada, pero hay que tener cuidado con quienes se aprovechan del tirón del turismo ecológico sin ser tal, en especial en Internet, como advierte Severino García, responsable de la Fundación Ecoagroturismo, impulsora de una red de establecimientos turísticos rurales ecológicos. Guzmán explica que «visitar en quad un espacio protegido, aparte de estar prohibido, no es ecológico». «Y lo más preocupante -alerta- es que las empresas de actividades ilegales pueden poner en riesgo a las personas. Una visita guiada en piragua de una mañana con grupos reducidos, buenos materiales y garantía suficiente no se puede ofrecer por 5 euros».

Un criterio para elegir un establecimiento o una actividad de ecoturismo fiable es guiarse por los certificados específicos, como Bio-Hotels, ISO, EMAS o el Ecolabel europeo, aunque en España están poco extendidos. La Agrupación Empresarial de Ecoturismo Responsable, Turebe, ha puesto en marcha varias iniciativas, como el Club Ecoturismo o el portal y la marca ‘Soy Ecoturista’. Por su parte, la web de la Fundación Ecoagroturismo ofrece un buscador con casas y hoteles rurales de agroturismo y ecoturismo.

Aprovechar las ventajas del consumo colaborativo

El consumo colaborativo propugna compartir, reutilizar y redistribuir los productos en vez de comprarlos para uso exclusivo. Los consumidores ahorran dinero y, de paso, hacen un empleo más sostenible y eficiente de los recursos.

Las vacaciones navideñas pueden ser más ecológicas y baratas si se utiliza alguna de las cada vez más diversas propuestas de este sistema colaborativo: compartir el coche para ir al lugar de destino; compartir o intercambiar casas o alojamiento, o incluso comida y mesa; etc.

Volverse «slow»

Otra opción para las vacaciones navideñas es volverse «slow» en cualquiera de sus facetas. El movimiento «Slow Food» («comida lenta», por oposición al «fast food» o «comida rápida»), puesto en marcha en 1986 por el sociólogo italiano Carlo Petrini, propone una alimentación local, de calidad, reposada, de apoyo a los pequeños productores y la biodiversidad autóctona.

Esta forma de alimentarse, más sana y ecológica, se ha extendido a otras actividades de la vida cotidiana: «Slow Travel«, como una forma de viajar para integrarse en el lugar de destino, comunicarse con sus habitantes y formar parte de sus costumbres; «Slow Cities«, ciudades que han asumido un modo de vida tranquilo y ecológico (entre ellas varias españolas); «Slow homes«, viviendas que aportan bienestar a sus inquilinos y reducen su impacto ambiental, etc.

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