La intención de compra de coches eléctricos por parte de las empresas cae un 90%

Solo un 2% prevé apostar por este tipo de vehículos antes de 2014, frente al 21% de 2010
Por EROSKI Consumer 23 de junio de 2011

El interés de las empresas españolas por incorporar vehículos eléctricos ha caído un 90% en el último año, debido a los obstáculos que rodean a su implantación definitiva. Según la IV edición de «El Barómetro del Vehículo de Empresa (CVO)» promovido por Arval, compañía de renting del Grupo BNP Paribas, solo un 2% ha expresado su intención de apostar por esta tecnología antes de 2014, mientras que el año pasado el 21% preveía hacerlo.

El estudio se realizó entre más de 4.500 gestores de flotas de pymes y grandes empresas en quince países, con el objetivo de determinar las prácticas actuales y tendencias futuras en este sector. Sus resultados ponen de manifiesto que el «clima de desengaño» sobre los coches eléctricos «no es exclusivo de España, sino que se extiende por toda Europa, donde sólo un 4% de las empresas planea sumarse a la moda eléctrica en los próximos tres años, frente al 21% de 2010», destacó Arval.

Este desencanto es consecuencia, sobre todo, de las limitaciones de uso de las empresas españolas respecto a estos vehículos. El informe indica que las compañías «acusan la falta de una oferta lo suficientemente versátil como para ajustarse a las necesidades de la empresa (34%)». De hecho, a día de hoy la oferta de modelos es escasa y si se tiene en cuenta su tamaño y autonomía, están más orientados a facilitar los desplazamientos urbanos que a servir como herramienta de trabajo.

Tampoco el desarrollo alcanzado por los servicios en torno al eléctrico «ha generado en las empresas españolas las confianza suficiente como para decantarse por estos vehículos, pese a su bajo consumo energético por kilómetro recorrido», señala Arval. Así, casi dos de cada diez empresas tienen la sensación de que no existe una red de talleres suficiente como para garantizar un mantenimiento o reparación eficaz en cualquier punto geográfico del territorio.

Además, a pesar de las medidas puestas en marcha por el Ministerio de Industria para incentivar las ventas, la introducción de los vehículos eléctricos en el parque español no ha venido, como se esperaba, de la mano de flotas numerosas como las de las grandes empresas o las propias administraciones públicas, sino a través de pequeñas operaciones que representan «auténticas pruebas piloto», destaca Arval. Las matriculaciones de coches eléctricos sumaron solo 82 unidades en el primer trimestre de 2011, que unidas a las 400 del año 2010 dan como resultado «una cifra muy lejana a los objetivos planteados por el Gobierno, que prevé alcanzar un parque de 20.000 vehículos de este tipo a cierre de 2011», añade.

En cuanto a los vehículos híbridos, también registraron en el último año una importante caída del 47% en lo que respecta a la intención de uso por parte de las empresas. Solo un 16% de las compañías españolas y un 22% de las europeas se plantea incorporarlo a sus flotas en los próximos tres años, lo que supone un retroceso de catorce y nueve puntos porcentuales, respectivamente, sobre 2010, cuando cerca del 30% tenía la idea de contar con ellos a corto plazo.

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