Brasil tiene previsto fabricar cuatro nuevos genéricos de fármacos contra el sida para reducir los costes sanitarios

Ha dado de plazo a tres laboratorios hasta el 4 de abril para que transfieran la tecnología necesaria para la producción de estos medicamentos
Por EROSKI Consumer 17 de marzo de 2005

El Gobierno de Brasil ha anunciado su propósito de romper las patentes de algunos de los tratamientos contra el sida y fabricar cuatro nuevos genéricos de antirretrovirales para reducir los costes sanitarios. El Ministerio de Salud ha comunicado a los laboratorios Abbott, Merck y Gilead Sciences, que tienen hasta el 4 de abril para acordar un calendario de transferencia de tecnología para la producción de cuatro de sus antirretrovirales. Si los laboratorios no accedieran a esa transferencia de tecnología, el Ejecutivo brasileño puede recurrir al llamado «licenciamiento obligatorio», que de hecho significa no respetar o quebrar las patentes.

Bajo el «licenciamiento voluntario», el Gobierno brasileño quiere que tanto laboratorios oficiales como privados puedan producir versiones genéricas de esos nuevos medicamentos, que están patentados. «Para garantizar el sostenimiento de nuestro programa (de sida), necesitamos producir estas medicinas», apuntó Jarbas Barbosa, secretario del Departamento de Vigilancia Sanitaria del Ministerio.»A pesar de las recientes reducciones de precios que han realizado los fabricantes de medicamentos, el coste de los tratamientos crece de forma insostenible», agregó.

Entre los países en desarrollo, Brasil cuenta con un importante historial en su lucha contra el sida a través de masivas campañas públicas sobre el uso del preservativo y distribuyendo gratis millones de ellos cada año. Además, proporciona de forma gratuita una combinación de 16 fármacos para el tratamiento de la enfermedad. Actualmente, 155.000 pacientes reciben este «cóctel» y la meta es llegar a 180.000 personas a finales de 2005.

A lo largo de los últimos años y con la amenaza de no respetar las patentes, Brasil ha logrado que laboratorios internacionales le hagan descuentos en los precios de sus medicamentos. Merck, por ejemplo, ha recortado cuatro veces el precio de «Efavirenz», pero el Ejecutivo asegura que no es suficiente.

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