Cada año se detectan unos 100 nuevos casos por cada millón de habitantes de una enfermedad autoinmune que destruye las plaquetas

Se estima que en España hay unos 5.000 pacientes con trombocitopenia inmune primaria, que en los casos más graves ocasiona hemorragias y limita la actividad normal
Por EROSKI Consumer 15 de mayo de 2012

Cada año se detectan unos 100 casos nuevos de trombocitopenia inmune primaria (PTI) por cada millón de habitantes. Además, se estima que en España existen unos 5.000 pacientes con esta enfermedad, según asegura el jefe de la unidad de Hemostasia del Hospital Universitario La Paz, Víctor Jiménez Yuste. La trombocitopenia inmune primaria es una enfermedad autoinmune caracterizada por el descenso de plaquetas que ocasiona que, en los casos más graves, los pacientes tengan hemorragias y vean limitada su actividad normal.

Además, el conocimiento de los mecanismos de esta enfermedad experimenta notables cambios en los últimos años ya que, además de la idea tradicional de la existencia de una mayor destrucción de plaquetas, en la actualidad se sabe que hay también una menor producción de las mismas. Esta patología se caracteriza por no mostrar los síntomas clínicos en muchas ocasiones y es que, de cada 100 casos anuales, solo una cuarta parte de los enfermos tiene una cierta gravedad y disminuye su calidad de vida debido a que sufren hemorragias y tienen que visitar «muy frecuentemente» el hospital.

La reunión «Nuevas perspectivas en el manejo de la PTI Crónica», coordinada por GlaxoSmithKline (GSK) y con el aval científico de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), ha abordado en Madrid los principales avances en su manejo durante el último año. La jornada ha contado con la participación del director del Centro para las Enfermedades Plaquetarias, de la Fundación sobre Cáncer y Enfermedades Sanguíneas Pediátricas del Hospital Presbiteriano de Nueva York y del Weill Cornell Medical College, James Bussel. Se trata de uno de los investigadores más importantes a nivel mundial en PTI que ha participado en el desarrollo de las últimas moléculas aprobadas y en la planificación de las líneas de investigación en hematología en Estados Unidos junto con las autoridades sanitarias.

En la reunión se han debatido también la gestión del valor de las nuevas tecnologías en tiempo de crisis y cómo esta puede afectar a la atención a los pacientes. Según el jefe del Servicio de Hematología del Hospital La Fe de Valencia y miembro de la SEHH, Miguel Ángel Sanz, la novedad en los tratamientos de esta patología se basa en la incorporación de los fármacos trombopoyéticos, diseñados para ejercer una función similar a la de la trombopoyetina, que estimula la producción de plaquetas.

En concreto, uno de estos agentes trombopoyéticos es «eltrombopag», de GSK, que compensa la destrucción de plaquetas provocada por la enfermedad en aproximadamente un 80% de los pacientes que no habían respondido previamente a otras terapias. El «eltrombopag» favorece la recuperación de la cifra de plaquetas y se administra por vía oral, lo cual facilita el tratamiento y permite un ajuste más sencillo para pacientes y médicos, cuya principal ventaja, según Sanz, es que funcionan en una «altísima proporción» de pacientes refractarios a tratamientos convencionales, con un «alto perfil de seguridad y reducida toxicidad».

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