El acceso a pensiones por sida se redujo el año pasado un 33%

El motivo es un Real Decreto que endurece los criterios de evaluación del Imserso
Por EROSKI Consumer 27 de mayo de 2002

Tener un grado de discapacidad de un 65% a causa del sida permite cobrar una pensión no contributiva, la única fuente de ingreso de muchos enfermos. Un 74% de los 22.365 seropositivos evaluados por el Instituto de las Migraciones y Servicios Sociales (Imserso) antes del 26 de enero de 2002 obtuvo un grado de discapacidad de más del 64%. Este porcentaje bajó al 41% de los 2.257 casos evaluados después de esa fecha. El motivo, la entrada en vigor del Real Decreto 1971/1999, que endurece los criterios de evaluación del Imserso. Este decreto también afecta a los enfermos que ya tienen una prestación. Así, durante el último año se han revisado 1.587 valoraciones, y unas 900 personas (el 59%) han visto cómo su grado de discapacidad bajaba del 65%, por lo que perdían el derecho a la prestación.

Las protestas desde las asociaciones de afectados de sida por las nuevas condiciones de valoración no se han hecho esperar. El pasado 1 de marzo de 2001, la anterior subdirectora general para Personas con Discapacidad del Imserso, Encarnación Blanco, emitió unas recomendaciones para aclarar los criterios de evaluación. Sin embargo, la circular, de carácter orientativo, no ha frenado el número de enfermos que se han quedado sin ayuda.

El texto de Blanco insiste en que la valoración de las personas infectadas por el virus que causa el sida se realice por equipos multidisciplinares, para que se tengan en cuenta los condicionantes psicosociales de los infectados por el virus.

En lo que se refiere al requisito de que haya seis ingresos hospitalarios durante un año para tener derecho a la máxima calificación de discapacidad, la recomendación señala que debe atenderse como atención médica hospitalaria cualquier atención médica realizada en servicios relacionados con un hospital de referencia, incluida la llevada a cabo en hospital de día, hospitalización a domicilio, servicio de urgencias o unidad de estancia corta.

Los aspectos psicológicos de la enfermedad, tanto si están relacionados con la dependencia de sustancias psicoactivas como con otras causas, también aparecen recogidos en la circular. También deben ser evaluados factores como la dificultad en los contactos sociales o los problemas de rechazo social.

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