El número de afectados por Alzheimer en España crecerá un 75% en los próximos 25 años

Las enfermedades neurológicas se han convertido "en el tercer problema sanitario" para los países desarrollados, según Sanidad
Por EROSKI Consumer 9 de marzo de 2007

La cifra de enfermos de Alzheimer en España, estimada en estos momentos en 400.000 personas, crecerá un 75% en los próximos 25 años si no se encuentra un modo de prevención eficaz. Así lo dijo ayer la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, durante la inauguración del Centro Alzheimer de la Fundación Reina Sofía en el barrio madrileño de Vallecas.

Salgado recordó que las enfermedades neurológicas son «un problema de primera magnitud» que cuestan al Estado «6.000 millones de euros» al año y que se han convertido «en el tercer problema sanitario» para los países desarrollados, donde se da una notable incidencia del mal.

El diagnóstico precoz es la clave, apuntó la ministra, al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de «una investigación científica» como la que va a desarrollar el centro inaugurado. Sus instalaciones cuentan con un ala destinada a tal fin gestionada por la Fundación CIEN con el apoyo de la Universidad Carlos III de Madrid, y la gestión del Ministerio.

La instalación cumplirá las funciones de internado, con 156 plazas, y centro de día (40 plazas), y también dispone de una división de formación destinada a enseñar a los cuidadores de las personas con Alzheimer, ya sean profesionales o familiares, cómo desempeñar una mejor labor con los afectados.

Vacuna a la vista

La esperanza de cuidadores y enfermos es que se logre desarrollar una vacuna contra el mal. En ello trabaja un equipo del Centro de Investigación Biomédica del Grupo EuroEspes, ubicado en Bergondo (La Coruña). En tres años está previsto que se complete la fase de desarrollo preclínico de la vacuna y los primeros estudios clínicos con pacientes.

Según afirman sus promotores, esta vacuna será capaz de combatir formas modificadas de la proteína beta-amiloide que causan el Alzheimer. Se seleccionarán los fragmentos proteicos o péptidos que produzcan una reacción inmune contra las variantes patológicas de la proteína amiloide sin atacar a las formas naturales.

La vacuna destruirá las formas tóxicas del amiloide sin afectar a la APP (proteína precursora del amiloide) y, a la vez, evitará la aparición de reacciones inmunológicas mediadas por las células T autorreactivas, dañinas para el paciente.

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