La Agencia Española del Medicamento y Productos sanitarios (AEMPS) ha comunicado que el uso continuado de inhibidores de la bomba de protones (IBP), que se utilizan para suprimir la secreción ácida gástrica, puede provocar hipomagnesemia. Por ello, recomienda a los profesionales sanitarios que tomen en consideración esta reacción adversa que, aunque poco frecuente, puede revestir gravedad.
Además, la AEMPS aconseja que se considere la posibilidad de realizar determinaciones plasmáticas de magnesio antes y durante el tratamiento prolongado con IBP. También insta a la adopción de esta medida en casos en los que se combinen los IBP con digoxina o cuando se ingiera cualquier otro medicamento con capacidad de reducir los niveles plasmáticos de magnesio.
Las agencias de medicamentos de todos los países de la Unión Europea (UE) han decidido actualizar las fichas técnicas de todos los IBP y la información de los prospectos de estos medicamentos, para informar de esta reacción adversa tanto a profesionales sanitarios como a pacientes. El origen de esta decisión se encuentra en el Centro Regional de Farmacovigilancia de Andalucía, que en septiembre de 2008 recibió la primera notificación sobre un caso de hipomagnesemia grave asociada al consumo de IBP. Entonces, se inició un proceso de revisión que se extendió al ámbito comunitario dado el amplio uso de estos medicamentos entre la población.
El caso que inició estas actuaciones era el de un paciente sujeto a un tratamiento a largo plazo con 20 mg/día de omeprazol, que tuvo que ingresar en el hospital a causa de un cuadro de tetania. Con posterioridad, el afectado sufrió una crisis convulsiva y un episodio de taquicardia ventricular asociado a una hipocalcemia severa. Tras la suspensión del IBP y la administración intravenosa de gluconato cálcico, el paciente se re recuperó.
Los IBP son un tipo de medicamentos que inhiben la secreción de ácido gástrico y que constituyen en la actualidad uno de los grupos farmacológicos más utilizados entre la población, como omeprazol, lansoprazol, rebeprazol, pantoprazol o esomeprazol. En términos generales, están indicados para el tratamiento de úlceras gástricas, úlceras duodenales, reflujos gastroesofágicos, esofagitis por reflujo o síndromes de Zollinger-Ellison.
