Fumar es una enfermedad según afirma el 70% de los consumidores habituales de tabaco

Los hombres intentan dejarlo en más ocasiones pero son ellas las que disponen de mayores conocimientos sobre las terapias que ayudan a dejar el hábito según la SemFYC
Por EROSKI Consumer 13 de octubre de 2005

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha publicado recientemente una encuesta en la que se demuestra que el 70% de los fumadores españoles se consideran a si mismo enfermos. Los no fumadores son, sin embargo, aún más críticos con los consumidores de tabaco, ya que según el estudio el 75,8% de los encuestados les considera enfermos.

Para el doctor Asensio López Santiago, vicepresidente de la semFYC, el hecho de ser consciente de que se tiene una enfermedad es fundamental para conseguir abandonarla definitivamente. «Hay una clara relación entre la consideración del tabaco como enfermedad y la aceptación del tratamiento para tener éxito cuando lo ofrece un profesional sanitario», explica Asensio.

En opinión del semFYC, el esfuerzo por parte del paciente no es en ocasiones suficiente para combatir la adicción. «Se trata de una severa adición que en bastantes ocasiones se beneficiarán del apoyo con fármacos», aseguran.

En la encuesta han participado 3.400 pacientes fumadores de 125 centros de salud de toda España. De ellos, un 76 por ciento reconoció haber intentado dejar de fumar, aunque sólo el 33 por ciento reconocía estar en condiciones para conseguirlo. Por ello, en opinión del doctor Francisco Camarelles, coordinador del Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la semFYC, «es imprescindible que el sistema sanitario aproveche los centros de salud para generalizar los programas de deshabituación y tratamiento del tabaco».

Según otro estudio realizado por la misma organización, el fumador medio español lo es desde hace 10 años y consume una medie de 14 cigarrillos en el caso de las mujeres y 19 en el de los hombres. Sin embargo es la mujer, en opinión de Camarelles, quien presenta más dificultades para dejar el tabaco ya que «hay factores como las presiones familiares y laborales o el miedo a engordar» que pueden interferir en el tratamiento, afirma.

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