Donaciones de órganos

La falta de información impide 400 donaciones y 1000 transplantes en un año
Por EROSKI Consumer 29 de agosto de 2002

España se jacta de ser el país con mayor número de donaciones de órganos tanto en números absolutos como relativos del mundo. Esta cifra es real y en el periodo de tiempo comprendido entre junio de 2001 y junio de 2002 el número de donaciones se incrementaron en un 10%. La tasa interanual, según datos de la Organización Nacional de Transplantes (ONT), se sitúa en el 33,7 donantes por millón de población y la de transplantes aumenta un 3,5% de media. Sin embargo todavía existe un dato significativo y negativo: la tasa de negativas a la donación es del 23,4%, sobre el total de las entrevistas familiares de solicitud de donación real. Si en 2001 estas negativas no se hubieran producido, hablaríamos de 400 donaciones multiorgánicas y 1000 transplantes más. Para las asociaciones de pacientes como ALCER, estas negativas podrían reducirse con campañas informativas que explicaran qué es un transplante y lo que puede significar para miles de personas enfermas.

Negativa a los transplantes

Los motivos que llevan a los parientes a negarse a la donación de un órgano completan una lista con varios problemas. Según la coordinación de transplantes del Hospital General Universitario de Alicante, el principal motivo por parte de los parientes de un fallecido se basa en que éste se manifestó en vida en contra de los transplantes. Otras razones que aducen son los condicionantes personales de los parientes, o pequeñas venganzas por no haber sido tratados correctamente en el centro sanitario.

Para los coordinadores de transplantes resulta especialmente difícil explicar a una persona la muerte encefálica. Esta falta de comprensión por parte de los parientes les impide entender que la muerte cerebral corresponde al fin de la vida, pero que los órganos y los tejidos, debidamente oxigenados, pueden seguir funcionando en otra persona. Las negativas a las donaciones también están relacionadas con el propio desconocimiento de los deseos del fallecido. Este hecho acarrea una responsabilidad que los familiares no quieren asumir. Por último, también hay negativas basadas en motivos religiosos. Sin embargo, desde los centros de coordinación de transplantes se sabe y se pone en conocimiento de las familias que todas las religiones, excepto el budismo y el sintoísmo son favorables a la donación de órganos.

Para José Antonio García Romero, presidente de ALCER, muchas de las negativas en las donaciones se producen por la falta de información que la sociedad, en general, tiene de la donación. Para este transplantado de riñón, que está la espera de otra intervención, desde la administración sanitaria debería fomentarse la imagen positiva de la donación de órganos como una acción “que permite alargar la vida de muchos semejantes”. La información le parece la clave para disminuir el número de negativas anuales y considera que “a través de testimonios reales todo el mundo se sensibiliza respecto del problema. Pero en la sociedad occidental tememos hablar de la muerte y no prevemos acontecimientos funestos”. Esto hace que para todos los responsables y coordinadores de transplantes sea de vital importancia el que las personas “manifiesten en vida su deseo de ser donante. De este modo no habrá problemas en el momento de un fallecimiento súbito”. Pero para esta manifestación, según José Antonio García es importante que “se desarrollen campañas informativas”. El presidente de ALCER opina que también existen ciertos recelos a las donaciones y al posible “tráfico de órganos entre algunas personas y movidos por rumores procedentes de otros países. Esta es una evidencia que en países de dudosa honradez puede darse, pero en España, tanto la ONT, como los coordinadores de los centros realizan una labor transparente y limpia, por lo que nadie debe desconfiar del sistema de donaciones en España”.

El momento más duro: solicitud de donación

Para los responsables de los centros de coordinación de transplantes el momento más delicado es aquel en el que deben solicitar a los familiares la donación de órganos. Según los especialistas encargados de esta tarea en el Hospital General Universitario de Alicante, el principal objetivo de un coordinador es “reconfortar a los familiares y crear el equilibrio emocional necesario que favorezca la adopción de una decisión madura y razonada sobre la donación de los órganos”. Generalmente la petición de la donación se realiza tras una muerte súbita por lo que es importante “dispensar ayuda y alivio emocional”.

Qué es un transplante

Durante esos momentos los coordinadores y sus equipos deben enfrentarse al duelo de los parientes y explicaciones sobre todo el proceso. Para comenzar es importante conocer y saber el alcance que puede tener la donación de un órgano con fines terapéuticos. El transplante es el procedimiento por el que se implanta a un paciente un órgano o un tejido que proviene de un donante. Lo cierto es que la donación puede ser de uno mismo, pero en el caso de los órganos vitales siempre provienen de otro individuo. En estos casos se denominan alotransplantes.

Desde hace años se investigan los xenotransplantes, transplantes de órganos de otras especies. Sin embargo estas investigaciones no han ido tan deprisa como se imaginó en su momento. Para José Antonio García “no se han solucionado los problemas que pueden generar enfermedades típicas de animales y que se puedan desarrollar en los hombres al hacer un xenotransplante. A esto hay que añadir los problemas de rechazo, que los inmunodepresores tampoco han solucionado todavía” Y es que los rechazos son uno de los principales problemas en el transplante de órganos. Para evitarlos, al paciente se le suministran desde horas antes de la operación, fármacos que tratan de reducir las defensas del organismo. Estas defensas, encargadas de luchar contra agentes externos pueden provocar el rechazo de un órgano que no pertenece a su cuerpo. Sólo en el caso de los gemelos idénticos no se produciría este rechazo. Además la medicación con inmunodepresores es “para toda la vida”, tal y como confirma José Antonio García. “La medicación trata de despistar al organismo y que no sea consciente de que tiene un órgano ajeno a él”. Este trabajo de despiste, sin embargo no dura toda la vida. Las asociaciones de pacientes reclaman de la administración estudios que desvelen el nivel de tolerancia de los transplantes, ya que “aunque ya se alcanzan niveles de duración del órgano de, entre 13 y 14 años, lo cierto es que a partir de ciertas fechas, empiezan a fallar”.

Cómo se desarrolla un transplante

En España funciona desde 1980 la Organización Nacional de Transplantes, un organismo que depende del Ministerio de Sanidad y Consumo y que coordina y centraliza las listas de espera y los datos de los pacientes. Se trata de una entidad que, según José A. García, “Ha sentado precedentes. Varios países europeos han solicitado asesoramiento para establecer en sus países un modelo como el nuestro. De hecho se ha acuñado el término modelo español para definir la organización de transplantes eficaz”.

Ante la posibilidad de una donación, todo un mecanismo se pone en funcionamiento. Cerca de 100 personas, varios hospitales, transportes civiles y militares, si hace falta, aeropuertos, tripulaciones y, por supuesto, médicos. Todo ello a cargo de la Seguridad Social.

Cuando un hospital obtiene la autorización para uso de órganos de un fallecido en un transplante, la alarma salta al centro de coordinación nacional. En este centro se anotan todos los datos del fallecido y se comparan con las listas de espera de los posibles receptores. En estos casos se da prioridad a los pacientes de urgencia “0”, es decir, aquellos que necesitan el nuevo órgano o pueden morir. Después de ofertar estos órganos en todo el Estado a través de los coordinadores hospitalarios, si, por cualquier motivo, no existe un receptor apropiado, los órganos se ofrecen a otros países, a través de la Organización Catalana de Transplantes.

Hacer llegar un órgano de un punto de España a otro puede encontrar numerosos inconvenientes. El primero es que el órgano extraído tiene una “vida útil” corta. Es importante llegar al enfermo lo antes posible. Así, para distancias inferiores a 200 kilómetros el transporte de los órganos se realiza en ambulancias o helicópteros. En estos casos, si es necesario, la ONT solicita la ayuda de las fuerzas de seguridad del estado para abrir camino, o incluso del ejército y sus transportes especiales.

En distancias largas y siempre bajo la presión del tiempo de vida del órgano, se utilizan los aviones de compañías privadas y, ocasionalmente, medios del Ejército del Aire. No obstante, en estos casos es importante el tiempo, ya que la preparación de un vuelo requiere un mínimo de dos horas (revisión del avión, tripulación, plan de vuelo, etc,..). A estos inconvenientes logísticos hay que sumar que muchos aeropuertos españoles no están abiertos por la noche, y que cada una de las 100 personas que interviene en este proceso de alarma tiene sus propios problemas cotidianos. Según la ONT “la cooperación entre todos es fundamental para lograr un bien final y siempre el staff de la ONT permanecerá alerta durante todo el proceso para asegurar a los hospitales implicados el necesario soporte fuera de sus paredes”.

Así, con cada donación se pueden salvar varias vidas y José A. García recuerda que es la acción “más generosa y altruista que una persona puede hacer por sus semejantes”. Ante las negativas, esa cifra que supera el 23%, recuerda “que cualquier persona puede enfermar y necesitar, desde una transferencia de sangre, hasta un órgano. Se trata de ponerse en el lugar de quien está esperando un órgano para poder vivir”.

Preguntas y respuestas sobre donaciones y transplantes

1. ¿De dónde se obtienen los órganos para un transplante? De las personas que ceden sus órganos después de morir, para que puedan ser utilizados con ese fin.

2. ¿Qué es la ley de transplantes? Es la norma jurídica que regula los transplantes de órganos.

3. ¿Hay necesidad de donantes? Sí. Cada año mueren miles de personas porque no hay suficientes donaciones de órganos. En el caso español, en 2001 el 23,4% de negativas a la donación supuso más de 400 posibles donantes que se perdieron, lo que hubiera supuesto, más de 1000 implantes de órganos sólidos, según la ONT.

4. ¿Qué tejidos se pueden transplantar? La médula ósea, el hueso, la córnea, las válvulas cardiacas y la sangre del cordón umbilical, del que se extraen una células que permiten regenerar componentes de la sangre en los casos de leucemia.

5. ¿Cómo puedo hacerme donante? Simplemente expresando este deseo a los familiares más cercanos o rellenando los formularios que diversas asociaciones ponen a disposición de la sociedad. Es importante llevar la tarjeta de donante siempre encima.

6. ¿A qué edad puedo hacerme donante? Cualquier persona mayor de 18 años puede hacerse donante. Un menor también puede serlo, con el consentimiento de sus padres o tutores. Sólo están excluidas las personas con enfermedades infecciosas, cáncer o SIDA.

7. ¿Existe intercambio económico? En ningún caso. La familia del donante hace la donación en un gesto generoso y altruista. El receptor del órgano tiene cubiertas todas sus necesidades sanitarias por la Seguridad Social. Este ente corre a cargo del traslado del fallecido a la localidad que los familiares elijan para su inhumación.

8. ¿Quién recibe el órgano? El paciente que tenga una mayor afinidad fisiológica con el donante, con menos posibilidad de rechazo. Se establece una lista de espera por orden sanitario y en ningún caso existen preferencias sociales.

9. ¿En qué consiste la extracción del órgano? Se trata de una intervención quirúrgica que se realiza en un quirófano y tras el cual el cuerpo queda igual, sin desfigurarse. El funeral, entierro o incineración puede desarrollarse del modo que desee la familia.

10. ¿Qué dicen las religiones sobre la donación? Ninguna de las grandes religiones de la civilización lo impide. Sólo el budismo y el sintoísmo.

11. ¿Qué significa ser donante? Ofrecer la única alternativa que tienen muchas personas para seguir con vida.

12. ¿Por qué los donantes de órganos fallecen generalmente en la UVI? Los donantes de órganos son aquellos que presentan muerte cerebral por un daño irreversible en su cerebro. Una vez que se ha producido la muerte, de forma artificial se mantiene la oxigenación de los órganos y éstos pueden seguir funcionando al ser transplantados. Es importante, por tanto, que se mantenga al donante en ciertas condiciones que sólo se pueden dar en las unidades de cuidados intensivos.

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