Investigadores estadounidenses establecen una relación entre diabetes y depresión

Creen que cualquiera de los dos trastornos puede desembocar en el otro
Por EROSKI Consumer 24 de noviembre de 2010

Un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, en Boston (Estados Unidos), concluye que la diabetes está asociada con el riesgo de depresión, y viceversa, lo que sugiere una relación entre ambos trastornos.

El trabajo, publicado en la revista «Archives of Internal Medicine», indica que las mujeres con diabetes eran un 29% más propensas a desarrollar depresión. Las mujeres que tomaban insulina tenían un 53% más de riesgo que quienes no tenían diabetes. Los resultados revelan que factores del estilo de vida como la actividad física y el índice de masa corporal podrían mediar parcialmente la asociación entre la depresión y los nuevos casos de diabetes. Sin embargo, apuntan que, dado que la asociación se mantenía alta tras tener en cuenta otros factores, la depresión podría tener un efecto de riesgo para la diabetes más allá del peso y la inactividad.

A lo largo de los 10 años de seguimiento, un total de 2.844 mujeres desarrollaron diabetes tipo 2 y a 7.415 se les diagnosticó depresión. Las mujeres con depresión eran alrededor de un 17% más propensas a desarrollar diabetes tras tener en cuenta otros factores de riesgo como la actividad física y el índice de masa corporal. Quienes tomaban antidepresivos tenían un 25% más de riesgo de desarrollar diabetes que aquellas sin depresión.

Estos descubrimientos refuerzan además la idea de que la diabetes está asociada al estrés. Los autores apuntan que el diagnóstico de diabetes podría conducir a síntomas depresivos derivados de los cambios bioquímicos que causa la diabetes o su tratamiento o por el estrés y las tensiones asociadas con vivir con diabetes y sus consecuencias debilitantes.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores evaluaron la relación entre estas dos enfermedades en 65.381 mujeres de 50 a 75 años en 1996. Las participantes completaron un cuestionario inicial sobre sus antecedentes médicos y después cuestionarios de seguimiento cada dos años hasta 2006. Después se clasificó a las mujeres que tenían depresión e informaban de síntomas, utilizaban antidepresivos o se les había diagnosticado por un médico. Las mujeres que informaron sobre un nuevo diagnóstico de diabetes completaron además un cuestionario sobre síntomas, pruebas diagnósticas y tratamientos.

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