La activación de un gen favorece la desaparición o reducción de los tumores

El gen p53, que permanece silenciado en las células cancerígenas, es una de las armas del organismo humano para protegerse del cáncer
Por EROSKI Consumer 25 de enero de 2007

La activación del gen p53, uno de los grandes supresores tumorales del organismo, logra que desaparezcan o se reduzcan drásticamente los tumores, según han demostrado investigadores del Laboratorio de Cold Spring Harbor (Nueva York) y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Estos expertos detallan en la revista «Nature» cómo redujeron tumores de hígado, dos tipos de linfomas y sarcomas en ratones con esta estrategia. El peor de los resultados fue la reducción del tumor en un 40%, pero también hubo remisiones completas.

El gen p53 es una de las armas del organismo humano para protegerse del cáncer. Su misión es detectar mutaciones peligrosas, corregirlas y, si es necesario, ordenar la muerte de las células que presentan riesgos. El problema es que este eficiente supresor de tumores puede fallar. Cuando el p53 muta, las células dañadas sobreviven y desarrollan un cáncer.

El interés científico en este gen es utilizar su maquinaria para destruir el cáncer. Como resulta imposible introducirlo de forma artificial para «matar» el tumor, la estrategia es «despertar» con un fármaco el gen que permanece silenciado en las células cancerígenas.

Diana prometedora

Los estudios publicados en «Nature» ofrecen la primera evidencia de que p53 es una diana terapéutica prometedora para desarrollar fármacos que sean capaces de despertar a este supresor de tumores.

Los investigadores del MIT y del laboratorio de Nueva York utilizaron ratones modificados genéticamente para que no tuvieran activo dicho gen, aunque con un interruptor genético que permitiera a los científicos activarlo cuando se desarrollaran los tumores. Al activarlo, p53 apareció en las células cancerosas y la gran mayoría de los tumores se redujeron entre un 40% y un 100%.

Una de las curiosidades de los estudios es que la activación de p53 no causó siempre la muerte de las células cancerígenas (apoptosis). En determinados tumores, las células no murieron sino que entraron en senescencia, es decir, perdieron su capacidad para multiplicarse. Las células tumorales se mantenían con vida, aunque quedaron como congeladas. El sistema inmune hizo el resto del trabajo para eliminar el tumor.

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