El anteproyecto de ley que prepara el Gobierno para atajar el consumo de alcohol entre los menores ha generado ya una creciente polémica. Algunas organizaciones lo defienden, mientras otras lo critican con dureza.
El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, cree que es «imprescindible» una normativa para prevenir el consumo de alcohol entre los menores de edad, que busque unificar en todas las comunidades autónomas los criterios de limitación en la venta y consumo de alcohol en los adolescentes. Así, asegura, se evitará «el trasiego de menores que quieran ir a beber de una comunidad a otra, porque de hecho esto pasa».
Morgades está a favor de que las «infracciones que cometan los hijos sean solidariamente asumidas por los padres», porque haría que estos «se implicaran más» en la educación de sus vástagos. «Tenemos que intentar que esta ley tenga el consenso, y que contenga un aspecto preventivo, otro sancionador y otro que busque alternativas de ocio para los jóvenes, porque parece que no puede haber ocio sin alcohol», señala.
La Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA) considera «positivo» el anteproyecto de ley, pero matiza que «aún falta una política seria y positiva de prevención» del consumo de alcohol entre los jóvenes y recuerda que, «lamentablemente», España se encuentra «a la cabeza de Europa» en las estadísticas sobre las edades de acceso al alcohol y en las tasas de consumo entre los jóvenes.
A Izquierda Unida (IU), sin embargo, le parece «excesivo» sancionar a los padres de los jóvenes que infrinjan la ley. Según el responsable de Política de Modelo de Estado de IU, Félix Taberna, «es una medida excesiva cargar a los padres con una responsabilidad que corresponde a los jóvenes y que, en muchos casos, son conscientes y responsables de sus actos».
