La población de los países desarrollados baja la guardia ante el sida, según Onusida y la OMS

El informe prevé un recrudecimiento de la enfermedad si no se extreman las precauciones
Por EROSKI Consumer 29 de noviembre de 2003

El último informe de Onusida y la Organización Mundial de la Salud sobre la situación del sida pone de manifiesto que las ventajas con las que cuentan los países de altos ingresos para enfrentarse a la lucha contra la epidemia funcionan en lo que se refiere a la supervivencia y una mejor calidad de vida de los afectados por la enfermedad y también en la eficacia de un diagnóstico precoz, pero poco pueden jugar a favor si la población de estos países olvida la prevención frente a comportamientos de riesgo.

Este cambio de actitud es especialmente revelador en Europa occidental donde, si bien aún no se ha consumado de forma generalizada un aumento en el número de infecciones, algunos factores llevan a los autores del estudio a presagiar nuevos aumentos de la incidencia del VIH.

La causa para este pesimismo viene apoyada en una tendencia de los últimos años, que no es otra que el aumento de otras enfermedades de transmisión sexual. La reaparición de otras infecciones de transmisión sexual en Australia, Japón, Europa occidental y Estados Unidos apuntan a un regreso a los comportamientos sexuales de alto riesgo, especialmente entre los jóvenes y los homosexuales. Así, Francia, Irlanda, Países Bajos y Reino Unido han comunicado brotes de sífilis en varones que tienen relaciones sexuales con varones. Alguno de estos brotes han sido espectaculares. Es el caso de los Países Bajos, donde sólo en 2002 el aumento en el número de nuevos casos de sífilis en varones que se relacionan con varones fue del 182 por ciento.

Contención en los 90

En España, el Ministerio de Sanidad no ha detectado un incremento de la sífilis, pero expertos del Centro de Estudios Epidemiológicos sobre el Sida de Cataluña advierten que la situación de los países de nuestro entorno «hace pensar que en España pueda estar pasando lo mismo, aunque los datos aún no lo certifiquen».

A tenor de estos datos parece que los programas de prevención que consiguieron muy buenos resultados en la contención de la transmisión del VIH en los años 90, sobre todo entre los homosexuales, han quedado en suspenso en muchos países de ingresos elevados. El panorama actual en estos países es el siguiente: las relaciones sexuales entre varones siguen siendo un importante aspecto de la epidemia, pero en términos generales se calcula que una tercera parte de las nuevas infecciones se produce por contacto heterosexual. Así, según el estudio, en los países de Europa occidental que notifican casos de VIH «es posible que el modo más común de transmisión sea el coito heterosexual».

Incremento de contagios

En la mayoría de los casos las mujeres no son las que han tenido comportamientos de alto riesgo, pero contraen el VIH al mantener relaciones sexuales no protegidas con sus parejas masculinas habituales. Y es que una gran parte de estas nuevas infecciones notificadas en esos países en 2002 se ha atribuido al importante número de personas que han contraido la infección en otros lugares, como países con una alta prevalencia del VIH.

En Estados Unidos, en cambio, los últimos datos federales apuntan que el incremento de contagios de VIH entre hombres heterosexuales y usuarios de drogas intravenosas se ha estabilizado en comparación con la incidencia entre homosexuales. Y es que en un momento crucial para la comunidad «gay» de este país empeñada en conquistar el derecho al matrimonio, las últimas estadísticas elaboradas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades ofrecen una inquietante radiografía sobre el resurgimiento de la epidemia del sida entre este grupo de alto riesgo. De acuerdo a estos datos, la propagación del virus VIH entre homosexuales norteamericanos se ha disparado un 17 por ciento entre 1999 y 2002.

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