Cada año mueren en la Europa comunitaria 151.300 personas por siniestros laborales y enfermedades profesionales. La mayoría -142.400- fallece por dolencias relacionadas con el trabajo, según denunció ayer en Bilbao el nuevo director general de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA, sus siglas en inglés), el finlandés Jukka Takala.
Sólo el uso de sustancias peligrosas en el puesto de trabajo es la causa de entre 31.000 y 56.000 muertes cada año, de las cuales se estima que más de 21.000 corresponden a la manipulación de amianto. Uno de los motivos de esta elevada mortalidad es que los efectos de esos productos pueden tardar entre 20 y 50 años en dejarse sentir sobre la salud.
Takala ofreció también algunos resultados de la última encuesta europea de condiciones de trabajo. De ella se desprende que un 5% de los 192 millones de empleado de los 25 países de la UE sufre violencia y acoso en el puesto de trabajo; es decir, casi diez millones de personas. Pese a todo, señaló, el 80% de los ocupados se encuentra satisfecho con sus condiciones laborales y cada vez son menos los que consideran que su seguridad y salud están en peligro en sus ocupaciones.
El director de la OSHA resaltó que la tarea de su organización es «recoger, procesar y difundir información». En cuanto a la mejor fórmula para reducir los riesgos laborales, indicó que los acuerdos existentes entre Gobierno, sindicatos y empresarios desde hace 80 años en Suecia han sido la causa de que sea el país del mundo con mejor situación en seguridad y salud en el trabajo. Éste es el modelo a implantar en la Agencia, en la que están representantes de esos tres estamentos, resaltó.
Entre las prioridades de la OSHA, que tiene su sede en la capital vizcaína, Takala destacó la atención a los nuevos socios, con mayores niveles de siniestralidad; la detección y prevención de los riesgos emergentes, o la integración de la seguridad y salud en el trabajo en otras políticas como las de género, medio ambiente, diseño, etc.
También anunció que se esforzará en la protección de la seguridad de los inmigrantes, un campo en el que cree que la UE no ha tomado suficientes medidas pese a los esfuerzos realizados.
