Los resultados de un estudio reciente de mujeres europeas con cáncer de mama en estadios iniciales, presentados por primera vez en el European Society for Medical Oncology (ESMO) Congress (Congreso Médico Oncológico de la Sociedad Europea), muestran que las necesidades informativas de las pacientes no se satisfacen y que hay un nivel inaceptablemente bajo de injercia de la paciente en decisiones de tratamiento que potencialmente pueden extender la vida. El estudio puso de manifiesto que las mujeres más mayores, aquellas con un nivel bajo de educación, así como las que no tienen acceso a Internet están particularmente desinformadas.
«Nuestro estudio demuestra que la información que se ofrece a las pacientes sobre la terapia endocrina adyuvante no es óptima», aseguró Ivonne Wengström, miembro del comité directivo de GAEA y presidenta de la European Oncology Nursing Society (EONS) del Instituto Karolinska, en Estocolmo, Suecia. «Los profesionales sanitarios son una fuente de información altamente fiable para los pacientes y, sin embargo, el estudio ha mostrado que a las pacientes no se les da una información detallada sobre las razones para optar por un tratamiento ni acerca de las posibles consecuencias del mismo.
En realidad, a muchas pacientes no se les dijo siquiera las opciones de tratamiento a su alcance. Las pacientes que tomaron parte en el estudio nos dijeron que desean tener más información sobre el tratamiento y especialmente sobre los efectos secundarios», afirmó Wengström. El estudio, que parte de la Iniciativa GAEA, involucró a 547 mujeres posmenopáusicas con cáncer de mama en fase inicial de nueve países europeos. Se diseñó para averiguar el conocimiento y la comprensión que las mujeres tienen de la terapia hormonal endocrina adyuvante y su riesgo de recurrencia, su implicación en la toma de decisión con respecto al tratamiento y sus necesidades de información y apoyo. Sólo un 22% de las pacientes estaban involucradas totalmente o bastante en la decisión de empezar la terapia endocrina adyuvante, con los niveles más bajos de injercia encontrados en mujeres de más de 60 años.
Muchas de las mujeres que tomaron parte en el estudio no estaban satisfechas con el grado en el que estaban involucradas en la toma de decisión del tratamiento. No es de sorprender que a aquellas mujeres que estaban más activamente involucradas en las decisiones para empezar el tratamiento hormonal se les diera más información sobre los efectos secundarios y la duración del tratamiento, en comparación con aquellas que no estaban involucradas. Aquellas pacientes activamente involucradas también recibían más información sobre los beneficios de tomar la terapia adyuvante a largo plazo y el riesgo de que su cáncer de mama retornara.