Los dermatólogos advierten de la ineficacia de los remedios «milagrosos» contra la calvicie

El trasplante de cabello constituye hoy por hoy el único remedio contra la alopecia
Por EROSKI Consumer 16 de diciembre de 2003

El problema de la alopecia común es «tan complejo que no tiene remedio ni creo que existirá», afirma rotundamente el presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología, José Luis Díaz Pérez. La única solución que ofrece, por el momento, resultados positivos es el trasplante de cabello. El resto, según los dermatólogos, «es marketing y puro negocio».

La calvicie es uno de los problemas que más trae de cabeza a los pacientes de los dermatólogos. Cada individuo tiene una media de 100.000 a 150.000 pelos, de los que se calcula que se pierden al día entre cincuenta y cien. Lo normal es que el cabello perdido se vaya paulatinamente regenerando, pero no siempre ocurre así. Existe un factor genético que hace que, en muchos casos, el nuevo pelo surja cada vez con mayor debilidad, hasta que llega un momento en el que desaparece.

El proceso se acelera y puede llegar a una edad más temprana en función de diferentes factores. Una correcta alimentación, la práctica de ejercicio físico y una vida libre de tensiones, o tomada con mayor filosofía, contribuyen a contener un proceso que, si ha de ocurrir, es irremediable, según los dermatólogos.

El fenómeno de la calvicie se ha dado tradicionalmente en los hombres. De ahí que se llame también alopecia andrógena. Las mujeres lo han sufrido en mucha menor medida y con consecuencias mucho menos drásticas. Pero ese fenómeno era principalmente masculino sólo hasta hace unos años.

El catedrático José Luis Díaz Pérez sostiene que cada vez son más las mujeres que padecen este problema «y eso se nota ya en todas las estadísticas». Sus pérdidas de pelo no son igual que las de los hombres. Sus cabezas nunca llegan a quedarse rapadas al cien por cien, pero sí comienzan a presentar claros que suponen la caída de hasta el 80% del cabello.

Los expertos explican este hecho por el mayor estrés al que se ha visto sometida la mujer con su introducción en el mercado laboral. Esa incorporación, además, no ha venido sola, sino que ha ido acompañada de un mayor consumo de tabaco y alcohol, algo que contribuye de manera decisiva a la alopecia.

Los tratamientos disponibles para unos y otras son, en cualquier caso, los mismos: pocos y, salvo en el caso de los trasplantes, temporales. La batería de medicamentos contra la alopecia común se limita hoy a dos fármacos: una loción bautizada como Minoxidil y unos comprimidos llamados Finasteride, que se toman por vía oral. Su contrastada eficacia termina cuando se dejan de tomar. «En ese momento -advierte Díaz Pérez – se acabó: el pelo vuelve a caerse».

La pérdida de cabello es algo que ha preocupado al hombre siempre. Pero es el actual culto a la imagen el que ha convertido la calvicie en un negocio del que se nutren peluquerías y gabinetes de belleza. La Academia Española de Dermatología y Venereología ha denunciado públicamente que «los mil remedios milagrosos que ofrecen son falsos».

El trasplante de cabello, práctica que no cubre la Sanidad pública, constituye hoy por hoy el único remedio contra la alopecia, siempre que sea realizado por un dermatólogo con experiencia. «Para estar seguro, debe acudirse a un especialista. Es el único que puede aportar al paciente una información científica y veraz», añade la dermatóloga Nerea Landa.

La pérdida de cabello forma parte del proceso normal de envejecimiento, aunque nadie duda de que existe un factor genético que lo desencadena. Esto no significa que sea inútil todo intento por evitar quedarse calvo una vez de que el pelo comienza a clarear. Los expertos afirman que una vida sana y los cuidados adecuados permiten prolongar la vida de cualquier cabellera.

En primer lugar, los especialistas recomiendan llevar una dieta equilibrada. La falta de determinadas vitaminas puede acelerar la aparición de alopecia. Está demostrado que la falta de hierro, desencadenante de la anemia, está ligada a la pérdida de cabello. Una alimentación sana y equilibrada resulta muy beneficiosa para la salud tanto del pelo como del cuero cabelludo. La recomendación médica en este terreno es la de siempre: verduras, cereales, legumbres, pescado más que carne, fruta y leche.

Para evitar la aparición de caspa y grasa, los médicos aconsejan la utilización de champús suaves, ajustados al tipo de piel. En concreto, para el control de la secreción de grasa existen lociones que la previenen en parte. El uso constante de medicamentos para el control de la grasa puede originar problemas de toxicidad.

Ante la creencia de que lavarse mucho el pelo favorece su caída, el especialista José Luis Díaz Pérez afirma que esta teoría nunca se ha demostrado. Eso sí, este experto recomienda no emplear el secador, ya que es «una agresión térmica» que lo vuelve más áspero y más basto. Lo mejor es secarse el pelo suavemente con una toalla. Si se ha de utilizar el secador porque se tiene una melena larga, por ejemplo, Díaz Pérez recomienda usarlo a distancia, para quemar el pelo lo menos posible.

También hay que tener especial cuidado con los tintes, que dañan la apariencia del pelo, y con las colonias, que tienden a secarlo.

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