Un estudio realizado por un equipo de enfermería del Hospital del Mar de Barcelona revela que los enfermos de cáncer ingresados en los hospitales sufren una mayor percepción de su dolor durante la noche. La oscuridad del entorno y la soledad que implica la noche, son factores que provocan que el enfermo se centre más en su estado de salud y en su sufrimiento, concluye este trabajo.
El estudio observó a 28 enfermos que durante 33 días ingresaron en la Unidad de Oncología y Hematología del centro sanitario barcelonés. Tras analizar el número de peticiones diarias de analgésicos, los autores comprobaron que la demanda se incrementaba notablemente durante la noche. En concreto, en el turno de mañana, la media de medicamentos extra para mitigar el dolor era de uno, frente a los dos del turno de tarde y los cinco fármacos extra de media que habitualmente los enfermos solían reclamar durante la noche.
La incomodidad del paciente, la ansiedad, el cansancio, la depresión, el miedo, la tristeza, el aburrimiento y la soledad, que suele agudizarse durante la noche, son factores que «probablemente reducen el umbral del dolor», apuntan los responsables del trabajo.
En cambio, el sueño, el descanso, la comprensión, la solidaridad, la diversión y la distracción del enfermo con cáncer, suelen ser aspectos que compensan la percepción del dolor y pueden llegar a reducirlo.
«Durante la noche es cuando el paciente necesita sentirse más atendido y saber que el equipo de enfermería está dispuesto y capacitado para contrarrestar su dolor y convertirlo en bienestar, comodidad y sueño», advierten los autores.
Finalmente, señalan que el dolor nocturno puede desvelar al paciente, provocarle alteración del sueño, sensación de angustia por la falta de elementos de distracción y, a la vez, causarle más sufrimiento físico y espiritual.
