La incidencia de las enfermedades mentales en la población española es notoria. Más de un millón de españoles padece una patología mental grave, alrededor del 3% de la población, mientras que cerca de una de cada seis personas (el 15%) tendrá algún tipo de trastorno mental a lo largo de su vida.
Estos datos fueron dados a conocer ayer por el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, durante el acto de presentación en España del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra hoy en un centenar de países. Soria expuso su objetivo de que la salud mental se convierta efectivamente en «una prioridad global».
Un primer paso es la creación del Observatorio Español de Salud Mental. Soria explicó que con él se pretende «cubrir la necesidad de información sobre estas patologías que hay en el Sistema Nacional de Salud» y «mejorar la asistencia a los afectados y sus familias».
Falta de tratamiento
El 60% de las personas con patología mental no recibe apoyo psicológico
Las asociaciones de afectados denuncian que más de la mitad de las personas con enfermedad mental que necesitan tratamiento no lo reciben y a un porcentaje significativo no se le presta el adecuado. La falta de un tratamiento «continuo e integral» en atención a la salud mental supone «una de las principales vulneraciones al derecho a recibir asistencia sanitaria y apoyo social que se produce en España», advierte la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES).
Esta asociación, que reúne a 209 entidades y representa a más de 41.000 personas con enfermedad mental en todo el territorio, considera que la «falta de medios» para la atención de este colectivo de enfermos es abrumadora. Cree que «el modelo teórico de actuación es adecuado, puesto que mantiene a la persona en su entorno habitual, pero faltan medios para implantarlo plenamente». Según sus datos, el 60% de las personas con patologías mentales no recibe apoyo psicológico y el 67% no participa en programas de rehabilitación.
Además, FEAFES denuncia que faltan medidas para la «integración social» de estos pacientes y alerta de las lagunas en la atención en salud mental que existen en el ámbito rural, en niños y jóvenes, y en colectivos vulnerables como son los inmigrantes, las personas sin hogar y la población reclusa.
La salud mental de los ciudadanos se verá perjudicada por la crisis económica y financiera. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé más casos de estrés, depresión y desórdenes mentales. “La pobreza y el estrés que la acompaña a causa del desempleo, la violencia, la exclusión social y la inseguridad constante están muy relacionadas con el origen de los desórdenes mentales”, dijo Margaret Chan, directora de la OMS, quien apostó por la atención médica primaria para solucionar estas situaciones.
El director del área de Salud Mental de la OMS, Benedetto Saraseno, comentó que la prevalencia de las enfermedades mentales es mucho más alta de lo que se cree. Agregó que los trastornos neuropsiquiátricos -que también incluyen la esquizofrenia, la demencia y la epilepsia- son el 30% de todas las enfermedades no transmisibles.
La OMS ha lanzado un programa internacional que busca mejorar el acceso a los tratamientos de enfermedades mentales, neurológicas y aquellas provocadas por el consumo de drogas y alcohol. En la presentación de esta iniciativa participaron representantes de países como Ruanda, donde el genocidio de 1994 ha dejado graves secuelas en la salud mental de la población.
