Cuidar el asma, también en verano

Abandonar el tratamiento del asma en la época estival provoca un mayor número de visitas a urgencias y de hospitalizaciones en otoño
Por Montse Arboix 18 de julio de 2014
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Imagen: londondeposit

Cuando el asma está bien tratado no suele dar problemas en verano. Sin embargo, esto puede tener efectos indeseables. Al encontrarse bien, muchos afectados se relajan en la época estival y disminuyen o abandonan por completo el tratamiento. Esto provoca que se agraven los síntomas en otoño y aumenten las visitas a los servicios de urgencias y los ingresos hospitalarios. Este artículo describe los peligros de no seguir el tratamiento del asma en verano y aporta consejos para disfrutar de las vacaciones sin contratiempos.

Controlar el asma durante todo el año ayuda a disfrutar del verano. No obstante, los especialistas avisan de que cada temporada muchos pacientes «dan» vacaciones a los medicamentos y cuando llega el otoño sufren las consecuencias en su salud respiratoria. Es entonces cuando surge la tos, las sibilancias, la dificultad respiratoria (disnea) y la opresión en el pecho que hacen que la persona deba acudir a los servicios de urgencias e, incluso, ingresar en el hospital para controlar de nuevo la enfermedad.

Factores veraniegos que desencadenan asma

Aunque no se conocen las causas que hay tras la decisión de no seguir el tratamiento estipulado, los especialistas creen que se debe, por un lado, a la ausencia de síntomas en esta época que aporta una falsa sensación de control, después del periodo crítico primaveral y antes del otoño y, por otro, a la relajación inherente al verano, sin tantas rutinas ni horarios establecidos. Pero, aunque no haya señales de asma, no hay que perder de vista que es una enfermedad crónica, que no se cura. Por ello se insiste en no bajar la guardia a pesar de encontrarse bien.

Además, expertos como la doctora Sagrario Mayoralas, especialista de Neumología del Hospital Ramón y Cajal (Madrid), señalan que las crisis asmáticas pueden asociarse a otros desencadenantes como la humedad en zonas de costa o el aumento del ozono, debido al mayor número de horas de sol y al incremento de la temperatura, lo que provoca mayor sensibilidad a los alérgenos.

Por otro lado, los cambios bruscos de temperatura también son perjudiciales para las personas asmáticas, igual que sucede con las tormentas de verano, que ocasionan un aumento de la concentración del polen.

Verano: consejos para tener el asma bajo control

Para mantener el asma controlado, es importante seguir las pautas recomendadas por los especialistas incluso durante las vacaciones. El cumplimiento de los tratamientos farmacológicos en esta y otras enfermedades crónicas se estima que es solo del 50%, «lo que significa que uno de cada dos pacientes no cumplen con lo prescrito», aclara Jordi Giner, enfermero del Servicio de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona).

Se estima que solo la mitad de los pacientes con enfermedades crónicas cumple con los tratamientos farmacológicos

El problema, explica el experto, estriba en las fases en que el paciente se encuentra asintomático y no tiene o no aprecia signos relacionados con su enfermedad. Por ello es fácil tomar la decisión de abandonar la medicación habitual, como los corticoides (fármacos antiinflamatorios). Estos no tienen efectos inmediatos que la persona aprecie, sino que actúan desinflamando los bronquios, haciéndolos menos sensibles a todos los fenómenos que pueden provocar una agudización de la dolencia y un ataque de asma.

Si a la ausencia de síntomas además se le suma la relajación habitual de las vacaciones, el resultado es una baja tasa de cumplimiento terapéutico. Por este motivo, la primera y más importante recomendación para los afectados es que no abandonen la medicación, a pesar de que se encuentren bien.

Otros consejos que aporta Giner para este periodo son los siguientes:

  • Tener cuidado con los cambios de temperatura y con los aparatos de aire acondicionado. De entrada, estos dispositivos no son los mejores aliados de los pacientes con enfermedades respiratorias; en el caso del asma, las variaciones de temperaturas que producen pueden ser los desencadenantes de exacerbaciones. Además, debe prestarse especial atención a la limpieza y cambio de filtros cuando se ponen en marcha en verano.
  • Tener precaución con la alta humedad de las zonas costeras, que favorecen la proliferación y concentración de ácaros, uno de los alérgenos más habituales en esta época junto con la parietaria, una planta alergénica típica de la zona mediterránea.
  • No olvidar la medicación de rescate (broncodilatadores). El paciente siempre debe llevarlos con él y, ante la manifestación de síntomas, tomarlos sin esperar demasiado tiempo.
Poca adherencia al tratamiento con inhaladores

A pesar de la importancia que supone seguir el tratamiento en el control de la enfermedad respiratoria, solo el 37,5% de pacientes españoles con asma o EPOC cumplen de manera correcta su terapia con inhaladores. Esta es la principal conclusión que se extrae de la aplicación del Test de Adherencia a los Inhaladores (TAI). El TAI es el primer cuestionario creado con el objetivo de conocer la adhesión a la terapia con inhaladores, que consta de 12 preguntas para que el paciente lo cumplimente con rapidez en la consulta y de un breve test para el médico. La prueba piloto se ha realizado con 1.000 pacientes con patología respiratoria.

Los primeros resultados del TAI señalan las causas del incumplimiento: por comportamiento errático (en un 58% de los casos, la persona olvida tomas de la medicación, más habitual en adolescentes), por falta deliberada (en un 41%, el paciente decide no tomarla) o por causa involuntaria (en un 27%, el enfermo tiene poco conocimiento de la dolencia y de la importancia de seguir el tratamiento). Sin embargo, en ocasiones se da más de un tipo de incumplimiento. Las conclusiones también revelan que los pacientes con asma son menos cumplidores que quienes sufren EPOC, más conscientes de su enfermedad y de las secuelas de no seguir el tratamiento.

Se prevé que una herramienta de este tipo, elaborada por un grupo de 200 profesionales implicados en patologías respiratorias (neumólogos, alergólogos, médicos de atención primaria o personal de enfermería), permita mejorar el tratamiento de estos pacientes. Para el doctor Vicente Plaza, director del servicio de Neumología del Hospital Santa Creu i Sant Pau (Barcelona) y miembro del Comité Asesor Científico del Proyecto TAI, aumentar la tasa de cumplimiento es clave para conseguir el adecuado control de la enfermedad.

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