Ibuprofeno y paracetamol: cuidado con los reyes del botiquín

El empleo inapropiado de estos fármacos tiene efectos contraproducentes, por lo que a pesar de que no precisan diagnóstico o prescripción médica, sí consejo farmacéutico
Por María Huidobro González 14 de febrero de 2019

Por pequeño que sea, no aguantamos el dolor. Ya sea de muelas, por culpa de la regla, muscular o de cabeza, queremos que pare, y pronto. Y si por unas décimas de fiebre no estamos al cien por cien, también deseamos que baje nuestra temperatura corporal, y rápido. Por suerte, en nuestro entorno es fácil dar con la solución. Recurrimos a analgésicos y antipiréticos que no necesitan receta médica para conseguirlos. Y, en múltiples ocasiones, lo hacemos más de lo que debiéramos. Abusamos de su uso y dosis. El paracetamol y el ibuprofeno son dos de los más comunes y populares. En este reportaje conocemos todo lo concerniente a ellos.

No se cuelan en el pódium de los fármacos más vendidos, pero casi. Según los últimos datos del Observatorio del Medicamento (2017), entre las 10 marcas que acumulan un mayor número de ventas en las farmacias españolas, dos se llaman paracetamol y una, ibuprofeno. Pero este ranking podría variar en los próximos meses. Desde diciembre el paracetamol y el ibuprofeno son productos algo más baratos, debido a que el Gobierno revisó a la baja el coste de más de 15.000 medicamentos, como medida para ahorrar, en el caso de que se elimine el copago farmacéutico a los pensionistas.

En cualquier caso, al ser medicamentos de venta libre, es habitual que su consumo se haga de forma automedicada. Y, a veces, esta práctica conlleva riesgos. No como está pasando con los antibióticos que, debido a su uso excesivo o inadecuado, cada vez son más frecuentes y preocupantes los casos de bacterias multirresistentes. Pero hay que estar alerta, porque también el empleo inapropiado del paracetamol y el ibuprofeno tiene efectos contraproducentes. Por eso, a pesar de que no precisan diagnóstico o prescripción médica, sí consejo farmacéutico, «un asesoramiento profesional para valorar la opción más adecuada en cada caso», comenta Irene Suárez, farmacéutica del Departamento de Productos y Servicios del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. De esta manera, el uso de estos productos es racional, es decir, que «los pacientes reciben la medicación apropiada para sus condiciones clínicas, a dosis que se ajustan a sus requerimientos individuales, durante un período de tiempo adecuado y al menor coste para ellos y la comunidad», señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Paracetamol e ibuprofeno no son iguales. Para decantarse por uno u otro hay que considerar qué se quiere tratar, el tipo de paciente y otros problemas de salud que pudiera sufrir. También se debe tener cuidado con las dosis, pues rebasar los límites recogidos en los prospectos puede derivar en consecuencias muy perjudiciales, sin contar el riesgo de interacción con otros fármacos. De ahí que, si nos excedemos, no hay que dudarlo y consultar de inmediato con un médico o farmacéutico o llama al Servicio de Información Toxicológica (915620420).

Paracetamol

  • Qué es. Este medicamento con actividad analgésica y antipirética se emplea en el tratamiento sintomático del dolor ocasional leve o moderado (dolor muscular, dental, menstrual o de cabeza) y en estados febriles de gripe o resfriado. Sin embargo, estudios publicados en 2015 y 2016 en revistas como Respirology o The Lancet demostrarían que es inútil para la gripe y el dolor de espalda baja o lumbar. También se usa en combinación con descongestivos, como la fenilefrina, para estados gripales o con otros analgésicos, como los opiáceos, para el tratamiento de dolores más intensos provocados, por ejemplo, por operaciones quirúrgicas. Sobres, cápsulas, comprimidos, supositorios, jarabes… en España se comercializan cerca de 350 presentaciones con paracetamol, de las que 110 se pueden adquirir sin receta, como Gelocatil® o Termalgin®.
  • Dosis máxima diaria. Los expertos recomiendan tomar la dosis mínima necesaria y durante el menor tiempo posible. En los niños de 3 a 32 kg, la máxima es de 60 mg/kg/día repartidos en 4 o 6 tomas diarias. Y en adultos y adolescentes de más 15 años y con las de 50 kg, las dosis deben ser de 325 a 650 mg cada 4-6 horas o de 500 a 1.000 mg cada 6-8 horas, sin superar un día los 4 g.
  • Contraindicaciones. No deben tomar paracetamol personas con enfermedad hepática grave o hepatitis viral, ya que este fármaco se metaboliza a través del hígado. Por supuesto, también está contraindicado en alérgicos a este medicamento.
  • Consecuencias de su abuso. El empleo de paracetamol durante periodos prolongados de tiempo sin supervisión médica incrementa el riesgo de sufrir daño renal y hepático. Las posibilidades de infarto e ictus aumentan en un 68 % en personas asiduas al medicamento, y de muerte temprana en un 63 %, según una investigación publicada en 2015 en la revista Annals of the Rheumatic Diseases. Y si se rebasa la dosis máxima recomendada, también podría matar. Así le ocurrió a una británica de 17 años en 2015, que falleció tras un fallo hepático provocado por una sobredosis para calmar su dolor de estómago (tenía en sangre tres veces más del límite permitido). Con el objetivo de evitar los efectos adversos por el uso prolongado, desde finales de 2017 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) estableció que las presentaciones de paracetamol con dosis de 1.000 mg (1 g) por comprimido se comercializaran con receta médica. Aun así, se venden presentaciones sin receta de 1 g en envases de 10 comprimidos o sobres como máximo.
  • Cuándo no tomarlo, aunque se hace. En ningún caso está indicado tomar alcohol mientras se está en tratamiento farmacológico. Y esto es muy importante en el caso del paracetamol, pues mezclarlo con alcohol tiene su peligro: ambos se eliminan por vía hepática, por lo que se incrementa la toxicidad y el riesgo de sufrir efectos adversos. Pero también hay que tener precaución con los antigripales. Muchos presentan en su composición combinaciones de descongestivos, antialérgicos y analgésicos, como el paracetamol, así que resulta innecesario tomar otra dosis adicional de paracetamol, ya que esto aumentaría la toxicidad y el riesgo de padecer consecuencias indeseadas.
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Imagen: SimpleFoto

Ibuprofeno

  • Qué es. Como el paracetamol, es un medicamento analgésico y antipirético, pero también un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que puede utilizarse en combinación con otros analgésicos, antialérgicos o descongestivos. El ibuprofeno está indicado para el tratamiento del dolor leve o moderado, en especial cuando cursa con inflamación, como artritis, artrosis, migraña, dolor menstrual y en estados febriles. De las 150 presentaciones con ibuprofeno que hay en España, 32 se pueden adquirir sin receta: el Dalsy®, Ibudol®, Nurofen®…
  • Dosis máxima diaria. En adultos, se emplean dosis de 400 a 600 mg cada 6-8 horas, con un máximo de 2.400 mg al día, mientras que, en adolescentes de 12 a 18 años, no se debe pasar de 1.600 mg al día. En niños de 3 meses a 11 años, la dosis se establece en 20-30 mg/kg/día repartidos en 3-4 tomas. El ibuprofeno se puede tomar con o sin alimentos. No obstante, para evitar molestias de estómago, se recomienda hacerlo con alimentos, y si el uso es reiterado, con protectores para este órgano digestivo.
  • Contraindicaciones. Bajo ningún concepto deben ingerirlo personas alérgicas al ibuprofeno, ni pacientes que hayan experimentado crisis asmáticas tras haber utilizado otros medicamentos similares, como el ácido acetil salicílico u otros AINE. Tampoco lo consumirán Individuos con úlcera gástrica, enfermedad inflamatoria intestinal, insuficiencia renal o hepática graves. Además, no es bueno durante el tercer trimestre de embarazo ni en la lactancia. También está contraindicado en pacientes que utilicen otros fármacos que puedan aumentar el riesgo de úlcera gastrointestinal o insuficiencia renal. Pero como recuerda la experta, «son recomendaciones generales. El médico decidirá según el caso la relación riesgo-beneficio».
  • Consecuencias de su abuso. Dosis altas o tratamientos prolongados con ibuprofeno incrementan el riesgo de sufrir ataques cardiacos (infartos de miocardio) o cerebrales, úlceras o hemorragias gastrointestinales. También, como apuntaba hace un año el Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia (INSERM), esta práctica puede repercutir en la salud reproductiva del hombre, disminuyendo la producción de testosterona y causando impotencia sexual. Y la Clínica de Universidad de Navarra, por su parte, ya advierte de que como buen AINE puede afectar al riñón. Por todo ello se recomienda no exceder ni la dosis ni la duración del tratamiento. Incluso en 2015 incluso la AEMPS alertó del riesgo cardiovascular asociado al consumo en altas dosis (2.400 mg o más cada día) y aconsejó a los profesionales sanitarios no administrarlas a pacientes con patología cardiovascular grave, como insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica establecida, enfermedad arterial periférica o enfermedad cerebrovascular. Aun así, no hay información que sugiera que existe un riesgo aumentado de infarto ni trombosis con el uso ocasional o si no se superan los 1.200 mg al día de ibuprofeno.
  • Cuándo no tomarlo, aunque se hace. Al igual que con el paracetamol, hay que tener precaución con los antigripales, ya que muchos presentan ibuprofeno en su composición junto con descongestivos o antialérgicos, por lo que resulta innecesario, y potencialmente perjudicial, tomar otra dosis adicional. También deberían tener precaución los pacientes con hipertensión, antecedentes cardiovasculares o problemas gastrointestinales.

Ibuprofeno y paracetamol en Europa

En otros países de nuestro entorno, la situación es similar para este tipo de medicamentos. Pero llama la atención el caso del ibuprofeno: para adultos, las dosis más habituales son más bajas que en España, pues están entre los 200 o 400 mg en marcas comerciales como Advil®, Aktren® o Nurofenfem®. Iguales a las españolas son las presentaciones en paracetamol, pues van desde 325 mg hasta 1.000 mg en medicamentos como Tylenol®, Doliprane® o Mexalen®.

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