Actualización en salud respiratoria

Los especialistas destacan la prevención de factores de riesgo como el tabaco, el entorno y la alimentación
Por Jordi Montaner 14 de septiembre de 2006

De fundación reciente (1990) la European Respiratory Society es una sociedad médica con cerca de 8.000 asociados que organiza cada año un encuentro en el que poner en común las principales preocupaciones en materia de salud respiratoria y el fruto de los trabajos científicos. La importancia de los estudios sobre salud respiratoria queda patente en el hecho de que la cifra de comunicaciones científicas aportadas en este encuentro se ha duplicado en los últimos 10 años.

Más de 16.000 especialistas en salud respiratoria han acudido este año al encuentro de la European Respiratory Society (ERS), considerado el más importante del mundo en la especialidad. Se calcula que las enfermedades respiratorias acarrean un coste anual de 100.000 millones de euros a la Unión Europea. Junto con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la otra gran enfermedad protagonista del congreso es el asma, que afecta a más de 400 millones de personas en todo el planeta. Medidas preventivas, tratamientos eficaces, vacunas y propuestas higiénicas han sido debatidas y consensuadas estos días en la capital bávara y a cargo de los principales expertos, con el fin de paliar el terrible impacto de esta noxa.

Especialistas de un centenar de países se reúnen no sólo para debatir en torno a cerca de 5.000 trabajos presentados, sino para proponer a las administraciones europeas un frente común contra la degradación del medio ambiente y la polución. Un ensayo piloto, llevado a cabo por la Universidad de Columbia en Nueva York y presentado esta semana en Munich, atestigua que los niños que viven en las zonas con mayor densidad de residuos y polutantes (independientemente de la edad, sexo, raza o nivel adquisitivo) crecen con una morbilidad respiratoria muy superior a la de niños de lugares menos contaminados.

Berilio, del empaste al bronquio

E. Fireman de la Universidad de Tel-Aviv (Israel), ha presentado un documento comprometedor en la reunión anual de la ERS. Se trata de un riesgo profesional, e implica a los dentistas que coronan nuestras maltrechas piezas con elaborados empastes o prótesis dentales. El berilio, compuesto químico que forma parte de esos materiales empleados por los dentistas, resulta ser un agente tóxico para la revestidura pulmonar, causando reacciones inflamatorias, lesiones y cicatrices que comprometen la salud respiratoria de estos profesionales.

Los expertos hebreos concluyen en su estudio que un 3% de los dentistas de su país refieren problemas respiratorios incluso décadas después de haber manipulado prótesis dentales. La exposición al berilio, advierten, ya era conocida con anterioridad en profesionales de la aeronáutica y la microelectrónica, «pero esta es la primera vez que se investiga en dentistas». Mezclado con otros metales, el berilio otorga una mayor dureza a las coronas dentales; sin embargo, en su manipulación, pulido y ajuste se desprende un polvo sumamente toxico para el dentista que se encuentra trabajando y que es mas proclive a inhalarlo.

El berilio, que forma parte de los materiales empleados por los dentistas, es un agente tóxico para la revestidura pulmonar

Para verificar este extremo, los autores estudiaron los síntomas de fatiga, tos y ahogo en una serie de 24 dentistas, desde el 2001 hasta el presente. La mitad de estos individuos acabo desarrollando en ese tiempo una enfermedad conocida como síndrome crónico debido al berilio (CBD), y solo cuatro han conseguido paliar la sintomatología adquirida. Fireman subraya el hecho de que la enfermedad del berilio puede avanzar de forma totalmente asintomática y ha hecho un llamamiento en Munich a la sustitución de este material por otras sustancias. «El berilio se puede cambiar, pero la enfermedad que desencadena, no».

Casas limpias, pulmones sucios

Dos investigaciones divulgadas en este encuentro europeo de neumología arrojan serias dudas acerca de la inocuidad de los productos de limpieza al uso en nuestros hogares. En la primera, Guy Brusselle (Bélgica) se han hecho eco del desproporcionado aumento de casos de asma y de obstrucción pulmonar crónica en el sector de las empleadas del hogar.

El año pasado y a lo largo de los 12 meses, estos autores compararon la salud pulmonar de 117 señoras de la limpieza con la de 84 funcionarias de la región de Flandes. De esta forma comprobaron que la prevalencia de problemas respiratorios en las mujeres que desempeñan labores domesticas en contacto periódico con aerosoles y soluciones cáusticas era muy superior a la de mujeres con un contacto casual. Asimismo, los autores concluyeron que el empleo de productos multi-usos alivia la carga de polutantes inspirados por estas mujeres, que los aerosoles son mucho más agresivos que los líquidos aplicados con paños o bayetas, y que algunas mujeres desarrollan la equivoca costumbre de mezclar productos que desprenden cloraminas, aumentando su exposición a estas sustancias capaces de inducir asma crónico.

El otro trabajo presentado en la capital bávara proviene de Portugal. M. Palla García (Lisboa) establece precisamente una relación inequívoca entre el empleo de productos de limpieza domésticos y asma inducido por irritantes. Los autores señalan con su dedo acusador a los productos que contienen amoniaco, pero también recalan en la simple actividad de barrer, aspirar el polvo o sacar brillo a los muebles con un paño. Según datos recabados en el país vecino, el empleo cotidiano de productos de limpieza o la ejecución diaria de este tipo de labores domesticas eleva hasta un 30% el riesgo de padecer asma. Asimismo, los expertos hacen un llamamiento para que se eduque mejor a este sector de población en los riesgos y su posible mitigación.

EMBUTIDOS Y SALUD PULMONAR

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El consumo frecuente de embutidos y carnes curadas incrementa de manera espectacular el riesgo de padecer Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). A tan llamativa conclusión han llegado R. Gram. Barr (Universidad de Columbia, Nueva York), tras presentar un estudio con 7.500 voluntarios sanos de más de 44 anos. «Consumir mas de 14 porciones de carne curada o embutidos al mes aumenta en un 71% el riesgo de padecer EPOC».

Se conoce que entre un 15 y un 40% de los fumadores empedernidos acaba por desarrollar EPOC, pero a los científicos les inquieta comprobar asiduamente que un 10% de quienes padecen por culpa de la enfermedad no ha probado el tabaco en toda su vida. La clave de tan perniciosa asociación debe buscarse en la presencia de nitratos dentro de la composición de estos alimentos. En EEUU, denuncian los autores del estudio, muchas salchichas, jamones o pancetas de gran consumo contienen abundantes nitratos como agentes conservantes, «algo que incrementa el riesgo de lesión nitrogenada del pulmón y el desarrollo de enfisemas». Este tipo de lesiones habían sido objetivadas con anterioridad en modelos animales, pero este estudio presentado en el encuentro que la ERS ha celebrado en Munich es el primero en demostrar una relación de causa-efecto en humanos.

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